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Recordando el Horror de Manila La lucha por la vida y la gloria o la historia del combate más famoso de la historia del boxeo. Protagonizada por Muhammad Ali y Joe Frazier

Hace exactamente 48 años se produjo un combate que cambió el mundo del boxeo para siempre. Retrocedamos en el tiempo para revivir uno de los momentos más emblemáticos de la historia del boxeo. Dos rivales implacables, Muhammad Ali y Joe Frazier, se enfrentaron en una trilogía conocida en los círculos profesionales como el Horror de Manila.

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Hace exactamente 48 años se produjo un combate que cambió el mundo del boxeo para siempre. Retrocedamos en el tiempo para revivir uno de los momentos más emblemáticos de la historia del boxeo. Dos rivales implacables, Muhammad Ali y Joe Frazier, se enfrentaron en una trilogía conocida en los círculos profesionales como el Horror de Manila.

Hoy se cumple el aniversario de un choque legendario que dejó una huella indeleble en el mundo del boxeo. Embarquémonos pues en un viaje a través del combate en el que dos titanes del boxeo se enfrentaron por tercera vez en una guerra literal a muerte.

El nacimiento de una rivalidad que trasciende las fronteras del deporte

Para comprender el contexto completo entre los dos hombres, debemos transportarnos a 1971, cuando tuvo lugar la«Pelea del Siglo» en el famoso Madison Square Garden. Muhammad Ali había pasado de ser un chaval descarado que, con sólo 22 años, cautivó al mundo del boxeo demoliendo al temible Sonny Liston, a convertirse en un reputado campeón del mundo y en la voz del pueblo afroamericano.

En el combate más esperado de la historia de este deporte hasta la fecha, el invicto Ali se enfrentó al poseedor de los títulos que perdió por negarse a participar en la guerra de Vietnam. Ese hombre no era otro que el igualmente inmaculado Joe Frazier.

Los insultos de Ali, que iban mucho más allá de lo que Frazier podía soportar, dividieron a la sociedad. Aquel día iba a terminar una rivalidad que traspasaba las fronteras del deporte. Pero cuando Frazier logró derrotar a su oponente, todo empezó de nuevo.

No era de extrañar cuando, tres años después, se organizó una revancha titulada «Super Fight II». Aunque no se trataba de un combate por el título, ya que ninguno de los dos rivales era campeón, la pelea estaba, por supuesto, llena de expectación por parte de los ansiosos aficionados.

La tensión aumentó cuando ambos se pelearon en el estudio de televisión. El combate en sí fue polémico, con momentos ambiguos y decisiones poco claras por parte de los árbitros. Aunque Ali ganó a los puntos, después del combate se especuló mucho sobre la justicia del resultado.

La trilogía del Horror de Manila cambió para siempre el mundo del boxeo

Un enfurecido Ali ansiaba que el tercer combate acabara para siempre con todo debate. Su deseo se cumplió el 1 de octubre de 1975, cuando tuvo lugar la trilogía titulada «El Horror de Manila». Como sugiere el título, el escenario del monumental combate fue Filipinas.

El combate se libró en condiciones difíciles, con un calor y una humedad intensos que desempeñaron un papel importante, añadiéndose a lo que ya era mucho en juego. La temperatura en el estadio, bajo el techo de aluminio, se estimó en unos casi increíbles 49°C. Además, el partido se disputó a las 10 de la mañana debido a la afluencia de público internacional.

Muhammad Ali, el maestro de la guerra psicológica, naturalmente dio a la pelea el bombo adecuado con su aplastante charla basura, que no cesó durante el propio combate. Ali empezó dominando, utilizando su superior alcance y velocidad de golpeo para dominar los dos primeros asaltos de forma convincente.

Ali estaba tan seguro de su superioridad que ni siquiera durante el combate cesaron sus intentos de burlarse de su oponente. Frazier parecía no encontrar su ritmo y estuvo más o menos buscando durante toda la pelea. El punto de inflexión llegó a partir del tercer asalto, cuando Ali intentó hacer lo que le había funcionado a la perfección un año antes contra George Foreman en un combate conocido como The Rumble in the Jungle.

Con la espalda colgando de las cuerdas, Ali intentó rápidos contragolpes, pero dejó que su rival hiciera lo que mejor se le daba. En el cuerpo a cuerpo, Frazier fue capaz de asestar varios golpes duros y «Smoking Joe» estaba de vuelta A partir de ese momento, la defensa de Ali empeoró notablemente.

El sexto asalto demostró lo resistente que era Muhammad Ali. Durante este asalto, Ali absorbió los golpes más duros de su rival, que buscaba venganza. Aunque se notaba cierta rigidez, Ali seguía en pie y asestaba rápidos contragolpes a Frazier mientras corría hacia delante.

Muhammad Ali y Joe Frazier pusieron toda su vida en el combate

Con la campana final de un frenético noveno asalto, Ali se acercó a su esquina, donde, según se dice, dijo que estaba tan cerca de la muerte como nunca lo había estado. Frazier, por su parte, tenía problemas con la hinchazón alrededor de su ojo, que se había vuelto blanco tras docenas de golpes certeros. Naturalmente, Ali empezó a aprovecharse más de esto, y Frazier recibió muchos más golpes, un gran número de los cuales, según se dice, no vio en absoluto.

A partir de ese momento, comenzó una tremenda paliza, acompañada de gritos aterrorizados de los aficionados que se encontraban cerca del ring. En el decimotercer asalto, Frazier absorbió una treintena de golpes limpios, que Ali había utilizado para noquear al temido George Foreman un año antes. Pero Frazier siguió presionando constantemente a su oponente en «modo zombi».

El 14º asalto subrayó a la perfección el título del evento. Tras un asalto de horror, el entrenador de «Smoking Joe», Eddie Futch, tuvo que tomar la dolorosa decisión de detener el combate para evitar males mayores a su pupilo. Ali, que también había sobrepasado su límite, se levantó a duras penas de la silla, pero no pudo celebrarlo mucho.

Joe Frazier, por supuesto, no estaba de acuerdo con la decisión de su entrenador y más tarde admitió que estaba dispuesto a morir en el ring aquel día. Ali admitió más tarde que quizá ni siquiera hubiera entrado en el decimoquinto asalto debido al agotamiento.

La pelea, literalmente demencial, dejó un legado duradero no sólo en el mundo del boxeo, sino también en el ámbito del deporte y la tecnología. Mostró el corazón inquebrantable y la determinación de dos campeones que pusieron toda su vida en la pelea. Su legendario combate sigue inspirando a generaciones de atletas y aficionados, recordándonos hasta dónde puede llegar la determinación humana en el camino hacia un legado de inmortalidad.

Fuente: Documental Manila Horror, Wikipedia, Youtube

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