Fútbol
Ramos ha vuelto a su querido Sevilla, pero la peña le odia. Por qué la afición no encuentra un nombre para él?
Fue una de las anécdotas del verano cuando Sergio Ramos rechazó tanto Arabia Saudí como Estados Unidos, donde se habría llevado 20 veces más, y regresó a su Sevilla natal, el país que le crió. Pero ahí se acaba la historia romántica, porque el caldero llamado Biris Norte odia a Ramos con toda su alma.
Fue una de las anécdotas del verano cuando Sergio Ramos rechazó tanto Arabia Saudí como Estados Unidos, donde se habría llevado 20 veces más, y regresó a su Sevilla natal, el país que le crió. Pero ahí se acaba la historia romántica, porque la caldera llamada Biris Norte odia a Ramos con toda su alma.
Ramos empezó a jugar al fútbol en el pequeño pueblo de Camas, donde nació, a cinco minutos de Sevilla. Pero a los 10 años se fue al Sevilla FC y pasó por la cantera. Hizo mucha amistad con dos compañeros en particular: Jesús Navas y Antonio Puerta. Juntos llegaron al equipo juvenil.
Debutó con el equipo A en febrero de 2004, contra el Deportivo de La Coruña. La temporada siguiente, Ramos ya estaba consolidado en el lateral derecho y jugó 41 partidos, marcando goles para el Real Madrid, entre otros. Los blancos quedaron tan impresionados por Ramos que en el verano de 2005 Florentino Pérez lo compró por 27 millones de euros, la cifra más cara para un defensa español.
La traición del presidente
Y eso nos lleva al principal problema. La principal polémica la protagonizó el presidente del Sevilla, José María Del Nido. Cuando la afición se revolvió preguntándole por qué dejaba marchar tan pronto al joven de 19 años para salvar las apariencias, echó la culpa de todo a Ramos y dijo que estaba haciendo todo lo posible para dejarle marchar.
Ramos no se pronunció al respecto, como adolescente no quería llevarle la contraria al presidente, pero al cabo de unos años salió a decir que no era así en absoluto, que era Del Nido quien quería venderle porque el club necesitaba el dinero. Pero la gente no quiso entenderlo.
En el Real Madrid, Ramos no tardó en coger ritmo y poco a poco se convirtió en uno de los mejores porteros del mundo. La relación con los aficionados sevillistas de la grada principal siguió siendo relativamente buena, pero el núcleo duro de la caldera llamada «Biris Norte» nunca le perdonó que se marchara al Madrid.
El Madrid no es precisamente el equipo favorito en Sevilla, y Del Nido convenció a los aficionados de que Ramos era un traidor que quería marcharse a toda costa. Así, Ramos fue abucheado e insultado en cada visita, lo que molestó mucho al stopper español, que expresó varias veces cuánto lo sentía, pero no reaccionó en el campo.
Enero de 2017
Pero llegó el 12 de enero de 2017, que lo cambió todo. El Real Madrid se enfrentaba al Sevilla en los octavos de final de la Copa del Rey. Ganaron el partido de ida en casa por 3-0, y en la revancha solo tenían que cuidar el resultado. Pero hubo un gran drama. El Sevilla se adelantó, Asensio empató, pero Jovetic e Iborra dieron al Sevilla una ventaja de 3-1.
La caldera del Sevilla descargó su ira contra Ramos e insultó al portero del Real durante todo el partido. Coreaban «Ramos hijo de p***» o «Ramos se va a morir». Pero no sólo le insultaron a él, sino también a su madre, que fue el escollo.
En el minuto 82, el Real dispuso de un penalti. Fue pateado justo delante de Biris Norte. Incluso antes de la ejecución, la caldera situada detrás de la portería silbaba e intentaba molestar a Ramos. Ramos decidió lanzar el penalti con un tiro largo, al estilo Panenka. Tras el gol, corrió delante de la caldera del Sevilla, donde le llovieron enormes insultos y dedos de por medio. Ramos le señaló la espalda con los pulgares.
Pero eso no fue todo. Compañeros de equipo corrieron hacia él para celebrar el gol, Ramos entonces se dio la vuelta, señaló hacia Biris Norte, se llevó las manos a las orejas, se dio la vuelta y volvió a señalar a su espalda, después señaló hacia el resto de la grada, indicando que se disculpaba. Muchos aficionados de la grada principal o de la grada de enfrente se pusieron en pie y aplaudieron a Ramos, mientras que la peña, en cambio, abucheó y maldijo tremendamente.
«Llevo mucho tiempo viniendo aquí y no entiendo este recibimiento. Ésta siempre será mi casa. Vinieron aquí Dani Alves o Ivan Rakitic, que no respiraban sevillismo desde pequeños como yo, y fueron recibidos como dioses.»
Hacia su gesto, dijo. Pedí perdón a todos menos a una parte del estadio. Si una parte del estadio me silba desde el primer minuto e insulta a mi madre, no les pediré perdón por el gol. Los que insultan a mi madre no merecen ningún respeto, el sevillismo sí»
Volver
A partir de entonces, las relaciones entre ambas partes fueron extremadamente tensas y cada vez que Ramos llegaba al Ramón Sanchéz Pizjuán, le esperaba el infierno.
Por eso los Biris Norte se enfadaron bastante cuando en verano se enteraron de que Ramos volvía a Sevilla. Durante todo el verano fue rechazado por la directiva, que sólo lo acogió tras los malos resultados.
Pero, como era de esperar, los Biris Norte no le recibieron con los brazos abiertos. Han emitido un comunicado rechazando su llegada. En el comunicado, sin embargo, más bien se apoyaban en la dirección del club, ya que no les gustaba traer a alguien tan despreciado por el Sevilla.
Sin embargo, también añadieron que no insultarían a Ramos ni le abuchearían durante los partidos. Lógicamente, tampoco le apoyarán. El podcast Golazo cubrió toda la historia con más detalle.
Fuente