Fútbol
¡Qué giro de los acontecimientos! Verona ya perdía por tres goles contra Venecia, pero finalmente ganó
Una trampa aún mayor que la que en su día bautizó el legendario entrenador checo Josef Csaplár. La trampa de Csaplár, una situación que el propio entrenador definió, se refiere al momento en que un equipo va ganando 2-0 al descanso, pensando que tiene el control del partido.
Una trampa aún mayor que la que en su día bautizó el legendario entrenador checo Josef Csaplár. La trampa de Csaplár, una situación que el propio técnico definió, se refiere al momento en el que un equipo va ganando 2-0 al descanso, cree que controla el partido y pierde la concentración, lo que permite al otro equipo empatar o dar la vuelta al partido. Algo parecido ocurrió este fin de semana en el partido de octavos de final de la Serie A italiana entre el Venecia local y el Verona visitante.
El Hellas Verona llegaba a la cercana Venecia como favorito. Por desgracia, esta vez sin el jugador checo Antonín Barák. Sin embargo, las predicciones de las casas de apuestas pronto empezaron a cumplirse. El recién llegado de Venecia abrió el marcador ya en el minuto 12 cuando, tras un centro, Henry puso el balón delante de la portería, donde el defensa Ceccaroni se encontró sin problemas.
El siguiente tanto llegó siete minutos después, cuando una situación de ruptura fue bien resuelta por el asistente Johnsen y el centrocampista rematador Domen Crnigoj. Un cuarto de hora cruel para el Verona se completó en los nueve minutos siguientes, cuando en el minuto 27, tras una incomprensible falta de comunicación entre el defensa Dawidowicz y el guardameta Montip, el delantero local Thomas Henry aprovechó la indecisión de los visitantes, 3:0 para Venecia.
Así como el partido comenzó a desarrollarse de forma inesperada en la primera parte, las tornas empezaron a cambiar en la segunda. Venecia, y sobre todo Verona, llevaron la noción de fútbol del checo Csaplár al siguiente nivel en la tarde del domingo. El hecho de que la remontada del Verona la iniciaran de facto los recientes héroes de la primera parte contribuyó a lo paradójico de la situación.
Mientras defendía un saque de esquina en el minuto 52, el balón fue cruzado torpemente por el delantero Henry y el guardameta argentino Romero no lo hizo mejor, acabando el balón en la red.
En el minuto 63, Ceccaroni, otro goleador de la primera parte, realizó otra parada con la mano en la línea de gol. Su recompensa no fue otra que una tarjeta roja y un penalti para el Verona, que transformó Caprari.
Y dos minutos después llegó el empate. Giovanni Simeone aprovechó la confusión en la defensa veneciana y superó hábilmente al guardameta. En el minuto 85, el hijo del célebre entrenador incluso completó una espectacular remontada con un disparo desde una distancia respetable que acabó despejando el larguero. La trampa de Csaplár funcionó una vez más.
Fuente: Serie A