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Bundesliga

El Leipzig reacciona a la crisis despidiendo al entrenador Tenemos que ser mejores, el jefe del club lo sabe

El Leipzig parece no encontrar su sitio tras la marcha de Julian Nagelsmann al Bayern de Múnich. Por eso se avecinan cambios. Jesse Marsch, que se suponía que era el sustituto perfecto del talentoso técnico alemán, ha dejado de ser entrenador.

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El Leipzig parece no encontrar su sitio tras la marcha de Julian Nagelsmann al Bayern de Múnich. Por eso se avecinan cambios. Jesse Marsch, que se suponía que era el sustituto perfecto del talentoso técnico alemán, ha dejado de ser entrenador.

¿Fracaso? Está claro que el Leipzig desearía que esa palabra no existiera en el léxico del club. Pero no todo puede ir siempre sobre ruedas.

Desde la fundación del RB Leipzig hasta esta temporada, todo ha sido perfecto. Progreso, grandes actuaciones, grandes resultados. Incluso en la élite. Pero ahora el progreso de mejora se ha detenido en cierto modo y, lo que es más, ha llegado el deterioro.

La temporada pasada, con el entonces entrenador Julian Nagelsmann, el equipo sajón aún estaba en un bonito segundo puesto, pero ahora es el entrenador del Bayern y le va muy bien. Pero no se puede decir lo mismo del Leipzig, al que dejó.

Le sustituyó al frente del equipo Jesse Marsch, hasta entonces entrenador del Red Bull Salzburgo. Iba a ser una bonita continuidad y un sofisticado sistema funcional para el Red Bull. Pero no acabó de funcionar.

Pasado el ecuador de la temporada de la Bundesliga, el Leipzig ocupa el 11º puesto con sólo 18 puntos y un balance de 25:18. Además, ha perdido tres partidos de liga seguidos. Ni siquiera es un gran éxito en la Liga de Campeones, donde el equipo ni siquiera está seguro de pasar a la fase de primavera de la Europa League.

Aparte de los resultados, el equipo tampoco ha estado muy acertado en cuanto a juego. Por eso, la dirección del club espera que mejore sustituyendo al entrenador. Marsch ha sido destituido de su cargo y el club quiere anunciar a su sucesor lo antes posible.

«No ha sido una decisión fácil, respeto a Jesse como entrenador y como persona. Es una pena que no haya funcionado y este movimiento se haya hecho necesario. Los objetivos no se cumplieron. Con esta decisión queremos dar un nuevo impulso al equipo. Tenemos un equipo fuerte que debe exprimir al máximo su potencial y su calidad», dejó oír el jefe del club, Oliver Mintzlaff.

Marsch no está preocupado por el despido. Al contrario. Está agradecido por haber tenido la oportunidad. Sólo lamenta no haber podido revertir el fallido comienzo de temporada. Desea a la afición y al club que el Leipzig encuentre pronto la buena forma y alcance sus objetivos.

Fuente: RB Leipzig, Bundesliga

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