Sólo teníamos un jugador excelente. El equipo está formado por 11 jugadores, no teníamos tantos, critican los expertos eslovacos

Eslovaquia se despidió de la Eurocopa nada más terminar la fase de grupos. A pesar de una victoria, el equipo de Štefan Tarkovič recibió muchas críticas. Y con razón, la actuación de los eslovacos fue quizá la más floja del torneo.

Dusan Galis, ex seleccionador de Eslovaquia y del Slovan de Bratislava, creía en la selección de Tarkovic antes del último partido. Los españoles no han jugado realmente bien hasta ahora y necesitaban ganar su último partido para llegar más lejos.

«Estoy decepcionado con nuestro rendimiento. Vi antes los dos partidos de España, en los que no ofrecieron un buen rendimiento, y pensé que podríamos haber empatado. Pero a los 20 minutos estaba claro que iba a ser difícil. No merecíamos otra cosa que perder por esa actuación»

Según Galis, el hecho de que algunos jugadores no jugaran habitualmente con sus clubes jugó un papel clave. Al mismo tiempo, los eslovacos no pueden confiar en los jugadores de la liga local Fortuna, el nivel es bajo y las principales estrellas suelen ser jugadores extranjeros.

«Si la calidad de nuestra liga no cambia, no habrá interés por nuestros jugadores. Nuestros jugadores no juegan en los equipos titulares de sus clubes, así que no podemos esperar grandes actuaciones en la selección. Esto es una proporción directa. La Eurocopa nos mostró hacia dónde se dirige el fútbol moderno»

Ladislav Borbély, experto y antiguo entrenador del Trenčín, también dio su opinión. Cree que los únicos jugadores dignos de vestir la camiseta nacional son Milan Škriniar y Martin Dúbravka.

«Sólo teníamos un jugador excelente, Milan Škriniar, pero no tenía compañero en el campo. La plantilla está compuesta por 11 jugadores, nosotros no teníamos tantos. Sólo teníamos algunos jugadores para complementar a Škriniar, o a Martin Dúbravka.»

Borbély, por su parte, no cree que sea correcto despedir de nuevo al entrenador. No disponía de un gran número de jugadores de calidad e incluso una victoria en la liguilla quizá pueda considerarse un éxito.

«El resultado es declamatorio, refleja la realidad eslovaca y también es un poco duro. Pero lo importante es no afrontarlo como estamos acostumbrados a hacerlo en Eslovaquia. Vamos, echemos rápido al entrenador, echemos al masajista,» concluyó Borbély.

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