¿Se convertirá Andreas Christensen en la solución perfecta a los problemas defensivos del Barcelona?

Todos los clubes siguen el mercado de fichajes y buscan el perfil de jugador ideal para su equipo. El tipo de futbolista que prosperará en el sistema de juego y se desarrollará aún más. Entonces, ¿por qué Andreas Christensen puede convertirse en el defensa ideal que busca el Barcelona?

Además, según fuentes reputadas, encabezadas por periodistas como Fabrizio Romano o Gerard Romero, parece casi claro que a partir del verano este tipo estará dando patadas en la capital catalana. En primer lugar. Sólo tiene 25 años. Un defensa central con mucha experiencia, ya que lleva jugando de manera regular en la Bundesliga y en la Premier League desde la temporada 2018/2019.

El factor más importante para un defensa, especialmente para un central, es tener calidad con el balón en Barcelona. Al fin y al cabo, aquí los tapones forman los ataques. Mantienen el balón en los pies cuando el equipo rival está bajo presión. Su gran baza es que completa con éxito el 92% de sus pases.

Promedia cuatro pases en profundidad por cada 90 minutos y cinco recuperaciones en ataque. Da 5,4 pases en el último tercio del campo. Una vez más. Es un gran jugador con el balón.

Puede romper la presión con sus pases, llevar la jugada mientras encuentra a sus compañeros en posiciones abiertas. Estadísticamente hablando, es uno de los mejores defensas centrales de la historia.

Juega alto en los partidos, por lo que participa activamente en la presión si su equipo no tiene el balón. Es crucial que un defensa central tenga la capacidad de leer el juego. Anticipa lo que va a ocurrir para evitar que el rival aproveche un espacio peligroso si quiere eludir la presión. Él demuestra esta cualidad a un alto nivel.

Además, no es ni mucho menos el jugador más lento. En la última Eurocopa desarrolló una velocidad de 33,3 km/h, lo que le situó incluso en el sexto puesto de la tabla imaginaria, pero en el ranking de los laterales. En comparación, un velocista de renombre como Kingsley Coman desarrolló una velocidad máxima de 33,7 km/h en este torneo.

Christensen, por ejemplo, no figura entre los jugadores más fuertes en comparación con Ronald Araujo, pero compensa esta imperfección con inteligencia. Vuelve a estar entre los mejores a la hora de quitar balones a su rival.

Esto se refleja de nuevo en su excelente comprensión del juego. Es joven y tiene una gran habilidad con el balón. Lee bien el juego, lo que beneficia a la presión alta que ahora practica el Barcelona de Xavi. Además, puede llegar gratis en verano, lo que lo convertiría en un gran negocio.

Fuente: Twitter