Por primera vez tras el Telón de Acero Hace 36 años se celebró el primer Gran Premio de Hungría de Fórmula 1

No hay muchos momentos en la historia de la Fórmula 1 tan innovadores y significativos como el 10 de agosto de 1986. Porque ese día se celebró el primer Gran Premio de F1 de la historia en el entonces Bloque Comunista del Este. El Hungaroring húngaro se convirtió posteriormente en una parte importante del calendario de la reina del automovilismo.

Casi desapercibida fue la noticia de la posible inclusión del Gran Premio de Hungría en el calendario del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno de 1986. La idea de que los monopostos del Gran Premio volvieran a Hungría cincuenta años después de la última carrera en el parque de Budapest era un poco fantasiosa. Sin embargo, el entusiasmo de la Federación Húngara de Automovilismo no impidió que el que quizá sea el deporte profesional más capitalista del mundo entrara por primera vez en un país del Bloque del Este.

Prefiero un autódromo en toda regla que volver a las calles

Desde el principio de la planificación del Gran Premio, quedó claro que una carrera en las calles de una ciudad húngara estaba descartada. Ni siquiera la capital, Budapest, donde se celebraron los Grandes Premios de antes de la guerra, podía acoger de forma realista a los coches más sofisticados del planeta.

En su lugar, se decidió construir una pista de carreras completamente nueva a 20 kilómetros al noreste de Budapest. Para un circuito que medía poco más de cuatro kilómetros, se encontró un valle justo al lado de una de las principales autopistas de Hungría.

Pero a los pilotos no les gustó demasiado el trazado bautizado como Hungaroring. Según ellos, el circuito no ofrecía largas rectas ni curvas rápidas. En cambio, Hungaroring se caracterizaba por curvas lentas y cerradas que no permitían a los pilotos adelantar fácilmente a los demás.

A pesar de ello, la organización del Gran Premio fue muy elogiada. Se establecieron comparaciones sobre todo con el circuito de Jerez, que también fue escenario del estreno de la F1. Ni siquiera había muchos soldados en el recinto, lo que sorprendió y mucho a los espectadores (principalmente de los estados occidentales).

La carrera de estreno en Hungría emocionó con una batalla de brasileños fenomenales

Para la carrera del domingo, las temperaturas en Hungaroring superaron los 37°C. Pero ni siquiera eso disuadió a los 120.000 aficionados de ver el primer Gran Premio de la historia tras el telón verde. Ni siquiera el Presidente del país y varios ministros se perdieron este acontecimiento pionero.

Ayrton Senna fue el más rápido en los entrenamientos con su Lotus, lo que le dio la decimotercera pole de su carrera. Tras la salida, el brasileño se mantuvo en cabeza por delante de Nigel Mansell y Nelson Piquet.

La carrera se caracterizó por el duelo entre Senna y Piquet, que ya había adelantado a Mansell y se había colocado segundo en la tercera vuelta. En la vuelta 10, Piquet señaló un ataque a su compañero de equipo brasileño. Sin embargo, en la vuelta siguiente Piquet pudo con Senna, que se vio presionado por Prost.

La parte media de la carrera no trajo mucha acción. Senna remontó en las paradas en boxes para colocarse en cabeza, pero fue perdiendo fuelle hacia el final del gran premio. A 22 vueltas del final, un hambriento Piquet se enganchó a su retaguardia, en busca de su tercera victoria de la temporada. Ambos rodaron codo con codo en la recta principal, pero Piquet fue demasiado rápido en la primera curva, permitiendo a Senna recuperar el liderato de la carrera.

Dos vueltas más tarde, Piquet intentó una maniobra por el exterior. Al hacerlo, bloqueó sus ruedas traseras y se deslizó por delante del Lotus de Senna en la sección de tierra de la pista. De forma incomprensible pero famosa, se encontró a la salida de la curva por delante de su compatriota. Una actuación impresionante de dos de los mejores pilotos del momento

Al final, Piquet ganó por diecisiete segundos sobre Senna. Incluso le dieron una vuelta completa a Mansell tercero. Así de dominantes fueron estos brasileños en el primer Gran Premio de Hungría de Fórmula Uno.

El Gran Premio de Hungría como presagio de un futuro mejor

Una prueba inédita en el calendario de la F1 demostró que incluso los países al este del Telón de Acero pueden organizar un evento del calibre del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno. Aunque no fue el gran premio más espectacular de la temporada de 1986, fue un debut exitoso en el nuevo circuito húngaro, al menos en lo que se refiere a la organización del evento.

El circuito de Hungaroring ha cambiado posteriormente con el paso del tiempo. Ya en 1989, la sección sinuosa en el lugar de la actual curva 3 desapareció. Sin embargo, la aproximación más rápida a la cuarta curva a izquierdas no ayudó a mejorar los adelantamientos.

Durante los trece años siguientes, Hungaroing se ganó los apodos de «Mónaco sin casas», «Mónaco sin barreras» o «Mickey Mouse track». Ni siquiera la configuración actual del circuito, estrenada en la temporada 2003, ha quitado encanto a Hungaroring.

El Gran Premio de Hungría de 1986 fue un claro presagio deportivo de que el final de la Guerra Fría se acercaba lenta pero inexorablemente. En sólo tres años ya se estaba produciendo. Sin embargo, el daño económico que el comunismo había causado en los países de Europa del Este no ha sido reparado hasta la fecha (y probablemente nunca lo será). Pero es evidente que el 10 de agosto de 1986 quedará para siempre como uno de los días decisivos no sólo para la Fórmula 1, sino para el mundo del deporte en su conjunto.

Fuente: Revista Motorsport (9/1986)