Tenis
No se trata sólo de ganar en la pista. Dimitrov está entrando en la forma de su vida, pero mostró lo mejor de sí mismo una vez terminado el partido
El tenista búlgaro Dimitrov ha pasado casi desapercibido últimamente. Merece la pena prestar atención a sus resultados, pero aún más valioso es descubrir qué clase de persona es. Y eso es lo que demostró tras ganar su partido en el torneo de Marsella.
El tenista búlgaro Dimitrov ha pasado casi desapercibido últimamente. Merece la pena prestar atención a sus resultados, pero aún más valioso es descubrir qué clase de persona es. Y eso es lo que demostró tras ganar su partido en Marsella.
Dimitrov, número tres
El ex número tres de la clasificación ATP cumplirá este año treinta y tres años y, para colmo de males, se encuentra actualmente en el puesto número trece de la clasificación. En su tercer Open 13 del año, en Marsella, es uno de los grandes favoritos y lo está demostrando.
Primero derrotó al estadounidense Korda en dos sets y después se aseguró el pase a semifinales con una victoria sobre el francés Rinderknecht, conquistador de Jiri Lehecka. Ni siquiera con él necesitó más de dos sets.
Momento fuerte
En la segunda ciudad más grande de Francia, al tenista búlgaro le habría encantado disfrutar de otro triunfo. Sería el segundo este año e incluso el décimo de su carrera.
Pero tras su victoria contra Korda, ganó algo quizás aún más valioso. La simpatía de los aficionados. Hay que añadir que estaba totalmente justificada, porque tras celebrar su triunfo, el nativo de Chaskov demostró qué clase de persona es en realidad.
No dudó en realizar una pequeña expedición de escalada para compartir su alegría con un aficionado, al que sin duda proporcionó la experiencia de su vida. Complementó el encuentro con un merecido selfie.
Y las reacciones no se hicieron esperar. Dimitrov también se ganó las palabras de agradecimiento del número uno del mundo, Djokovic.«Gran momento, hermano», elogió el tenista serbio a su compañero búlgaro.
Lucha por su décimo triunfo
A Dimitrov le quedaban tres rivales en la lucha por el título de Marsella. El último representante local es el cabeza de serie número cuatro, Humbert. Sin embargo, no será el favorito en su enfrentamiento con el polaco Hurkacz, defensor del título.
El tenista polaco no dio ninguna oportunidad a Tomas Machac en cuartos de final. Se marcha satisfecho de Marsella. Ha ganado dos valiosas escalas y se ha aupado a la mejor posición del ranking hasta la fecha.
Dimitrov se enfrentará en semifinales al siguiente cabeza de serie. Será el ruso Khachanov, quien, al igual que el búlgaro, ha pasado por la acción en Marsella como un cuchillo por la mantequilla hasta el momento.
Khachanov también sabe a qué sabe un título marsellés, ya que ganó aquí hace seis años. ¿Conseguirá Dimitrov aquí su título jubilar? Hay que añadir que, tras el momento mencionado, sería una historia muy bonita.
Fuentes: ATP, X, Sportskeeda