Champions League
Momentos memorables: los fallos de Karius que le costaron la Champions al Liverpool
La final de la Liga de Campeones 2017/18 aún persigue a los aficionados del Liverpool en sus sueños, o tal vez se despiertan aterrorizados de su sueño al pensar en la actuación del portero de los Reds, Loris Karius, tras el cual entraron dos de los tres goles y se esfumaron las esperanzas de la escuadra de Klopp de ganar la Copa de los Orejones.
La final de la Liga de Campeones 2017/18 aún persigue los sueños de los aficionados del Liverpool hasta el día de hoy, tal vez despertándolos de su letargo aterrorizados al pensar en la actuación del portero de los Reds, Loris Karius, detrás de quien entraron dos de los tres goles y se esfumaron las esperanzas del equipo de Klopp de ganar el codiciado trofeo.
El 26 de mayo de 2018 daba vueltas en el calendario y los aficionados ya esperaban con ansia el último partido del club antes del Mundial de Rusia. El Liverpool llegaba a Kiev para enfrentarse al Real Madrid, que aspiraba a ganar su tercera Copa Millonaria consecutiva.
Semifinales difíciles
Los pupilos de Klopp se impusieron a un correoso AS Roma por un solo gol en semifinales y podrían aspirar a su primera final de la LM desde 2007. Los chicos de Zidane tuvieron que luchar para superar al Bayern de Múnich con Ribéry y Robben todavía en la alineación. Fue un trabajo duro.
Sin ausencias
Ambos entrenadores tenían básicamente a todos los jugadores disponibles antes de la final de Kiev, o mejor dicho, no faltaba nadie en la alineación titular ni en la de suplentes clave.
Así, el Ballet Blanco tenía a Ronaldo y Benzema en la alineación, con Isco y el trío probado de Casemiro, Kroos y Modric por debajo de ellos, Carvajal, Varane y Ramos en los laterales y Marcelo ocupando la banda izquierda. Keylor Navas seguía guardando la portería. Uno de los mejores equipos de la historia de la Liga de Campeones.
Los Reds tenían al trío atacante de Mané, Firmino y Salah en ataque, Wijnaldum, Henderson y el trabajador Milner operando en el centro del campo, con una defensa de Alexander-Arnold, Lovren, el capitán Van Dijk y Robertson detrás de ellos, con Karius protegiendo la portería del desastre.
Salah fuera, Carvajal fuera
Comenzó el partido y hasta el cuarto de hora de juego no hubo actividad ante ninguna de las dos porterías, como no podía ser de otra manera, Cristiano Ronaldo fue el responsable al disparar desde la derecha, pero se perdió por muy poco la portería de Karius. En el otro extremo, Alexander-Arnold intentó disparar tras un rechace al poste izquierdo, pero Navas realizó una magnífica parada, aunque apenas pudo ver por encima del bloqueo de Ramos y Marcelo.
Justo cuando se cumplía la media hora, llegó el primer gran golpe para los aficionados del Liverpool, Salah, fuera de ritmo, tuvo que ser sustituido tras una discutida entrada de Ramos y quedó claro que gran parte de la potencia ofensiva del equipo de Klopp se iba con él.
Lallana tuvo que sustituirle. Después de otros seis minutos, hubo una sustitución forzada en el otro lado también cuando el lateral derecho Carvajal tuvo que entrar y fue reemplazado por el todoterreno defensivo Nacho.
Poco después, Benzema disfrutó de un breve momento de alegría por fuera de juego al rematar a la red un disparo desviado de Ronaldo. Aparte de un acertado centro de Benzema desde la izquierda y un disparo apenas desviado del poste izquierdo, no ocurrió nada sustancial en la primera parte y se llegó al descanso con un tranquilo 0:0. Lo inédito se escribió en el destino de la segunda mitad.
El primer error de Karius
Empezó deprisa. Apenas tres minutos después de la reanudación, Isco se topó con el larguero al intentar superar a Karius, y los rojiblancos respiraron aliviados. Sin embargo, en el minuto 51, el público del Estadio Olímpico de Kiev fue testigo de un momento, cuanto menos, insólito en la máxima categoría.
La situación nació completamente inocente, Benzema cargó a la espalda de la defensa un pase de Kroos, pero éste quedó fuera del alcance del cañonero francés y se convirtió en presa fácil para el guardameta de los Reds. El guardameta alemán se la pegó con el pecho y ya estaba mirando a su alrededor para ver dónde iba a jugar el balón.
Sin embargo, como si no hubiera visto a Benzema merodeando cerca, lanzó el balón directamente al pie derecho de la ex jugadora del Lyon, que logró zafarse de él con tanta destreza que el despropósito redondeado rodó lejos de ella y directo al poste izquierdo y a la red. La expresión de incomprensión que apareció en todos los rostros de los jugadores del Liverpool y del equipo directivo fue reveladora.
El gol del empate
Pero la respuesta del equipo de Anfield Road fue ejemplar y los Reds consiguieron el empate sólo cuatro minutos después, en un saque de esquina del Liverpool. Milner centró desde el banderín de córner, Lovren ganó un duelo aéreo con Ramos y encontró con precisión a Mané, que introdujo el balón en la red delante de Navas.
El comodín Bale
En el minuto 61, Karius brilló al hacer de nuevo que Isco, que estaba disparando, enterrara la cabeza entre las manos tras un tiro desviado y limpiara su conciencia. Fue el ex jugador del Málaga quien se retiró del campo tres minutos después y su lugar lo ocupó Bale, que demostró ser un genial comodín para el técnico Zidane.
En el minuto 64, Marcelo dispuso del balón en la izquierda para un centro, los defensas del Liverpool estuvieron muy lejos del futbolista galés en la cal y prestaron mucha más atención a Benzema y Ronaldo. Sin embargo, el tiro les salió por la culata y, tras un pase del centrocampista brasileño, Bale enganchó un pase con el pie en el aire y batió de tijera a Karius, que no tuvo ninguna oportunidad. Uno de los goles más bellos de la historia de la final de la Liga de Campeones.
Mané arrastraba la ofensiva de los Reds e intentaba jugar incluso por Salah, su compañero lesionado. Veinte minutos antes del final del tiempo reglamentario, pidió el balón con movimiento, guió el balón desde la derecha hacia el centro y con un disparo a ras de suelo al palo izquierdo, asustó a los jugadores del Real.
En el otro lado, Cristiano Ronaldo volvió a tener una ocasión tras un pase de Casemiro, pero Andy Robertson se ganó la expulsión por una gran parada defensiva al poner la mano izquierda delante del balón en el último momento y no permitir que la superestrella portuguesa disparara. Karius siguió aguantando las acometidas del Ballet Blanco e hizo todo lo posible por evitar las asperezas desde el inicio de la segunda parte.
El segundo error de Karius
Y lo habría conseguido, de no ser por el minuto 83 y una acción aparentemente discreta del veloz Bale. Una simple conducción desde la derecha y el galés alargó el brazo para disparar desde unos buenos 30 metros, dando en la diana de forma ejemplar, pero justo donde estaba Karius. Pero el guardameta alemán no tenía su día y así una parada rutinaria se convirtió en un desastre y en una ventaja de dos goles para los vigentes campeones.
Van Dijk se limitó a bajar la cabeza incrédulo tras ese gol, sabía que todo había terminado, sabía que su equipo no se recuperaría de ese disparo solar. Entonces, aunque Lovren y compañía hicieron todo lo que pudieron para al menos dramatizar el partido, se quedó en nada y, tras dos fallos horribles de Karius, volvieron a Anfield con la medalla de subcampeones.
Un año después, el equipo en torno a Van Dijk arregló sus gustos y pudo acariciar como es debido la Copa de los Orejones, pero no demasiado sorprendentemente Loris Karius ya no estaba en la alineación.
Fuente: Livesport, UCL