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Fútbol

Historias de fieles: Xavi, una máquina de precisión, pasó diecisiete años en el Barcelona

Hay muchos jugadores que no se encariñan con ningún club de fútbol y, antes de que uno se dé cuenta, ya visten los colores de otro conjunto. Por el contrario, son pocos los que dedican prácticamente toda su carrera profesional a un club y se convierten en sinónimo de rompecorazones del club, aunque no siempre sean las estrellas más brillantes del club.

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Hay muchos jugadores que no se encariñan con ningún club de fútbol y, antes de que uno se dé cuenta, ya visten los colores de otro conjunto. Por el contrario, son pocos los que dedican prácticamente toda su carrera profesional a un club y se convierten en sinónimo de rompecorazones del club, aunque no siempre sean sus estrellas más brillantes.

Historias de leales es una serie de Ruik que sigue a jugadores que han dedicado toda o la mayor parte de su carrera a un club. En la edición de hoy, echamos un vistazo al centrocampista del FC Barcelona Xavi Hernández.

El comienzo de su carrera

Xavi ingresó en la famosa academia La Masía del Barcelona a los once años y desde entonces soñaba con debutar en el equipo A de los blaugranas. Ya a una edad temprana, sus dotes de liderazgo eran evidentes junto a las futbolísticas, gracias a las cuales lució, en la mayoría de las categorías inferiores, el brazalete de capitán.

Su primer contacto con el fútbol adulto fue con la camiseta del Barcelona B, donde jugó desde 1997. Pero allí sólo duró dos temporadas, y en la segunda ya se asomaba al primer equipo dirigido por Louis van Gaal.

Gracias a una lesión de su modelo e ídolo, Pep Guardiola, dispuso de más minutos de juego, que El maestro aprovechó al máximo. Ha convencido a todos de su talento, pero eso no significa que desde entonces haya sido un camino de rosas.

Xavi contra Guardiola

Todo lo contrario. Ha escuchado, e incluso recibido cartas, sobre cómo no debería atiborrarse en ningún sitio y no debería quitarle el puesto al «Rey Guardiola». Porque originalmente, como Iniesta por ejemplo, fue tomado como un centrocampista defensivo.

En este periodo de Van Gaal como entrenador, la marcha de Xavi al Manchester United era inminente. No parecía que fuera a ser titular a corto plazo, pese a su mayor elegancia. Ese fue el momento, sin embargo, en el que quedó claro lo importantes que pueden ser los padres en la vida de los hijos. Y también por qué se dice que mamá siempre tiene razón.

El padre de Xavi, Joaquim, veía la oferta de los Diablos Rojos, que llevaban tiempo siguiendo la pista de su hijo, como una liberación y una posible vía de escape para el joven centrocampista. Pero mamá María se opuso rotundamente. Y no se quedó en una oposición inconcreta.

Con una mirada seria a su marido y a su hijo, amenazó con divorciarse si Xavi era traspasado. Y así fue. Menos mal que fue tan inflexible. Por otra parte, la idea de los pases precisos de Xavi a Rooney, Van Nistelrooy o Cristiano Ronaldo no suena tan mal.

Afianzado en el primer equipo

Desde el cambio de milenio, Xavi se ha convertido en una parte estable del primer equipo del Barça, aumentando el número de partidos que ha jugado temporada tras temporada, y su importancia para el funcionamiento del equipo ha crecido con cada año que pasa.

Esto se ha debido en gran parte a la previsión de Rijkaard, que ha visto cómo el diminuto extremo ascendía en la alineación desde la posición seis a la ocho. Esto permitió a Xavi ser titular junto a Guardiola, no en su lugar, y los dos españoles no tuvieron que luchar por minutos en la misma posición.

Pocos años después, Guardiola ya dirigía el juego del Barcelona desde la banda en su papel de entrenador y Xavi se convirtió en una de las piedras angulares de la época dorada del Camp Nou bajo la batuta del vicecapitán Carles Puyol.

Las cualidades de Maquini

Dos cosas demuestran claramente la excelencia y la precisión de Xavi. En primer lugar, su apodo en la caseta, Maqi (abreviatura de Maquina, máquina en catalán), en referencia a su precisión maquinal en los pases y a su ridículo número de balones sueltos.

El otro se lo debe al legendario portero del Real Madrid Iker Casillas, que ha jugado muchos Clásicos de rivalidad ancestral contra el pequeño centrocampista.

Fue Casillas quien, durante aquella época gloriosa del Barça, fue preguntado repetidamente a quién arrastraría del equipo blaugrana a los colores blancos para que el Madrid tuviera más posibilidades de vencer a sus rivales. Recordemos que, por aquel entonces, Villa, Iniesta, Busquets o Messi formaban parte de la plantilla de Guardiola, pero el ex capitán de la selección española nombraba una y otra vez a Xavi como la pieza clave que marcaba la diferencia.

Acumuló 767 partidos oficiales con la camiseta azulgrana antes de fichar por el Al Sadd qatarí en el verano de 2015. Con el Barça, en 17 años, celebró 8 títulos de liga, 3 Copas del Rey y 4 Ligas de Campeones, entre otros.

Fuente: Transfermarkt

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