Emotiva despedida a Marcel. Así aplaudió entre lágrimas un Bernabéu lleno hasta la bandera al capitán del Real Madrid

Históricamente el jugador más laureado del Real Madrid y con más trofeos en su haber, una leyenda entrañable que nadie olvidará jamás. Así es Marcelo, el lateral izquierdo brasileño que dio alegrías a la afición blanca durante 15 años. Pero ahora su periplo en el Santiago Bernabéu toca a su fin.

Marcelo llegó al Real Madrid en 2007 con una tarea extremadamente difícil. Siendo un adolescente, debía sustituir a la leyenda saliente Roberto Carlos, pero reemplazó a su compatriota a la perfección, incluso superándole.

Pero todo lo bueno se acaba. El lateral izquierdo favorito de todos y siempre sonriente empezó a decaer mucho en su rendimiento y perdió su puesto en la alineación en la temporada 2018/19 tras la marcha de su mejor amigo Cristiano Ronaldo. Poco a poco se fue convirtiendo en suplente y más bien en capitán no jugador esta temporada.

Aun así, era muy respetado por el club, ya que ejercía una gran influencia en la plantilla y transmitía su valiosa experiencia a los jugadores más jóvenes. Nunca se quejó de la falta de tiempo de juego y, al contrario, fue un auténtico líder en la cabina. Pero ahora era el momento de dejar paso a jugadores más jóvenes y con más hambre.

Por eso no aceptó prorrogar su contrato con la directiva, aunque quería quedarse en el club de sus amores al menos un año más. Así, tras ganar la Liga de Campeones, anunció que ése era su último día como jugador del Real Madrid.

Ya durante las celebraciones en la plaza de Cibeles, Marcel tenía lágrimas en los ojos porque sabía que era su última vez, pero aun así aguantó. Pero tras el traslado al Santiago Bernabéu, ya no pudo más.

Todos los jugadores fueron llamados al campo por turnos, y el legendario brasileño, como capitán, llegó el último con el trofeo. Mientras los demás jugadores cortaban bailes, besaban el escudo o saludaban a la afición en señal de celebración, el peso de la situación y de la triste despedida recayó sobre Marcelo.

Cuando entró en el estadio con el trofeo y escuchó la enorme ovación de la afición, se arrodilló, se inclinó ante los aficionados y se le saltaron las lágrimas.

Cuando alcanzó al resto del equipo en el podio entre lágrimas, los jugadores sintieron su tristeza e inmediatamente le dieron un abrazo de equipo.

Cuando más tarde le dieron la palabra, todo el estadio, junto con sus compañeros, empezó a inclinarse y a gritar «¡Marceeelo!N»

«Cierro un ciclo aquí en el mejor club del mundo», comenzó Marcelo, a lo que la afición gritó que se quedara en el Real Madrid. Pero hoy no es un día triste, hoy es un día de alegría porque hemos vuelto a ganar la mejor competición del mundo», continuó el capitán.

Estoy muy orgulloso de mí mismo, de mi familia también, muchas gracias por esta noche mágica en el Bernabéu. Y una última cosa: El futuro del Real Madrid está en buenas manos con estos jóvenes. Gracias y ¡hala Madrid!», se despidió Marcelo del público.

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