¡El hijo de Marcel ha fichado por el Real Madrid! El joven futbolista ofensivo también representa a España

Cuando eres hijo de un futbolista famoso, tienes el camino despejado para empezar, pero al mismo tiempo te comparan constantemente con tu padre. Pero hay quien confirma sus cualidades y consigue un contrato en el club de su corazón. Uno de ellos es Enzo Alves, hijo del legendario Marcelo. El futbolista de 14 años ha firmado un contrato con el Real Madrid.

En el mundo del fútbol, varios futbolistas son conocidos por ser la continuación de la estirpe. Entre los grandes nombres, hay que mencionar al dúo Patrick y Justin Kluivert, Daniel y Paolo Maldini o Timothy y George Weah.

Hay muchos más, y casi todos los hijos de un futbolista de talla mundial querrían naturalmente seguir los mismos pasos, pero no siempre es posible. Y eso por varias razones, después de todo, hay mucha presión sobre él y además suelen seguir a su padre a sus compromisos.

Sin embargo, hay un joven futbolista que tiene un gran potencial. Se llama Enzo Alves y es hijo de Marcelo, leyenda del Real Madrid, que actualmente juega en el Fluminense brasileño a sus treinta y cinco años.

Enzo sólo tiene catorce años y el año pasado fue convocado con la selección sub-15, pero no con la brasileña, sino con la española. El hijo de Marcelo juega en el extremo ofensivo y se desenvuelve mejor desde la punta del ataque.

El hijo de Marcelo ha fichado por el Real

Ahora sí que ha complacido a su padre firmando un contrato en su Real Madrid. Así que en un par de años, con trabajo y un poco de esa suerte futbolística, podríamos verle en el equipo A del Ballet Blanco.

Así como con la camiseta de la selección española, donde los jugadores jóvenes tienen oportunidades con bastante frecuencia. Pero para eso falta bastante, como para representar al país que le vio nacer.

Aún no es seguro si jugará con España o con Brasil, de donde es su padre. En la cantera es posible que juegue para ambas selecciones, pero en la absoluta tiene que decidirse por un equipo.

Fuente: Fabrizio Romano