Conference League
El ex guardameta eslavo René Twardzik era hincha del Linz austriaco. Mi hijo juega allí, explica
A los diecisiete años, René Twardzik probó suerte en el Slavia de Praga. Conoció la alta competición en la portería de Brno, Vítkovice y, sobre todo, Opava. Al final de su carrera en activo se trasladó a Alemania, donde crecieron sus tres hijos. Como jugador del LASK Linz austriaco, Filip vio un partido de la Liga de la Confederación en Eden.
A los diecisiete años, René Twardzik probó suerte en el Slavia de Praga. Conoció la alta competición en la portería de Brno, Vítkovice y, sobre todo, Opava. Al final de su carrera en activo se trasladó a Alemania, donde crecieron sus tres hijos. Como jugador del LASK Linz austriaco, Filip vio un partido de la Liga Confederaciones en Eden. «Animaba al LASK porque mi hijo da patadas para ellos», reveló Twardzik, a quien animaba durante la emotiva batalla entre ambos.
Su hijo fue lo suficientemente proactivo como para conseguirle a su padre entradas para el partido, y junto con su mujer y su nieta, acudió a lugares que conocía bien. « Inmediatamente pensé en el viejo Edén tal y como lo recordaba, la tribuna de madera y toda la zona de alrededor», dijo René Twardzik, sin ocultar su emoción.
«Mevino todo a la cabeza», admite. « En los carteles, las leyendas Ivo Knoflicek o Luboš Kubík, con los que tuve el honor de entrenar», recuerda a las mayores personalidades de los rojiblancos, a los que conoció en la temporada 1987/1988, cuando estaba en el Slavia.
No fueron los únicos participantes en el Campeonato del Mundo de 1990, celebrado en Italia. « Llegué al Slavia a los 17 años, como un chaval, atrapando para un equipo B que jugaba en la segunda liga», desarrolla su historia Twarduzik.
«También entrenaba con el equipo A, así que llegué a conocer a otros jugadores como Míra Siva, Robert Žák, Míra Janů, Marián Takáč, Milan Veselý en la portería e incluso Juraj Šimurka. Lamento no haber conocido a nadie ahora», se lamentó.
Sin embargo, no fue titular ni una sola vez en liga con el Slavia y no se unió a las filas de nombres como Plánička, Bokšay, Jonák, Dolejší, Stárek, Zlámal, Černý o Vaniak.
«Losiento un poco», dice Twardzik, «habría estado bien ver al menos un partido de liga. Pero como ya he dicho, llegué de Trinec con 17 años, un chico de pueblo. Pero aprendí mucho en ese poco tiempo y sólo guardo buenos recuerdos», afirma.
Sin embargo, durante el partido contra el Linz estuvo animando al rival. » La familia es lo primero», antepone a su prole. «Cuando la selección checa o los clubes checos juegan contra clubes extranjeros en copas europeas, les animo», continúa para mostrar su patriotismo. » Pero cuando juegan los chicos, animo a esos clubes», es claro en este punto.
Por lo demás, se alegra por el Slavia y sabe apreciar su calidad. «La diferencia de rendimiento fue clara, el LASK jugó con miedo, el Slavia ganó merecidamente», declara su antiguo guardameta René Twardzik.