Bundesliga
Coutinho aún está lejos de desarrollar todo su potencial. Triunfará en el Aston Villa?
El próximo Ronaldo o Messi. Año tras año escuchamos estos calificativos sobre un buen número de prometedores futbolistas a los que se les augura un brillante futuro. Sin embargo, pocos pueden acercarse a estas predicciones, a menudo el prodigio futbolístico acaba en la media no tan sustanciosa.
El próximo Ronaldo o Messi. Año tras año escuchamos estos calificativos sobre un buen número de prometedores futbolistas a los que se les augura un brillante futuro. Sin embargo, pocos pueden acercarse a estas predicciones, a menudo el prodigio futbolístico acaba en la media no tan sustanciosa. Uno de esos jugadores que se ha acercado a todo su potencial, pero que no ha sabido aprovecharlo es el todocampista ofensivo brasileño Philippe Coutinho.
Del fútbol sala a la excelencia técnica
La trayectoria futbolística del pequeño Philippe comenzó en un pequeño terreno cercano a la casa de sus padres, en Sao Paulo, junto a sus dos hermanos mayores. Fue allí donde nació su amor por el fútbol redondo y donde empezó a despuntar su innegable talento.
Como la inmensa mayoría de los jóvenes futbolistas brasileños, empezó a perfeccionarse jugando al fútbol sala, lo que, según sus propias palabras, le ayudó mucho en sus habilidades técnicas.
Después de afiliarse a un club de fútbol local, representantes de los entrenadores del equipo juvenil del Vasco da Gama, que juega en la segunda liga más importante de las Islas Canarias, se pusieron en contacto con su padre a raíz de un torneo de futsal.
Fue con los Cruzmaltinos donde los sueños de Coutinho de jugar al fútbol profesional tomaron forma por primera vez. Destacó por encima de sus compañeros y representó regularmente a Brasil en las categorías inferiores.
Traslado a Italia
En julio de 2008, el renombrado Inter de Milán lo codició y, tras llegar a un acuerdo, se quedó con el mago de 16 años en calidad de cedido por dos años en su actual lugar de trabajo. A los dieciocho años, Coutinho se trasladó a Lombardía para demostrar su talento futbolístico en el viejo continente.
Bajo la tutela de Rafael Benítez, que sustituyó a José Mourinho en el banquillo nerazzurro, iba a convertirse en el futuro de la camiseta azul y negra. El pequeño chic se estrenó como goleador a lo grande con un preciso disparo de falta directa a la red del Fiorentina. En total, en su primera temporada en Italia, fue titular en veinte partidos oficiales, la mayoría desde el banquillo.
La segunda temporada iba a ser aún mejor para el brasileño, pero debido también a cierta fragilidad ligada a su físico y a su susceptibilidad a las lesiones, la directiva del gran club milanés decidió dejar marchar a Coutinho para una cesión de seis meses al Espanyol de Barcelona en el periodo invernal de traspasos.
Logró disputar 16 partidos de liga con el club del RCDE Stadium, en los que acumuló 5 goles y una asistencia.
Un traspaso decisivo al Liverpool
Tras finalizar su etapa como invitado en el soleado Barcelona, regresó de nuevo a San Siro, pero una vez más no logró hacerse con la titularidad y, sobre todo, con mayores cifras de minutos. Por eso, después de medio año, la directiva del Inter acordó con el Liverpool inglés el traspaso del centrocampista ofensivo por 13 millones de euros.
Si algún momento de la prometedora carrera de Coutinho puede considerarse un punto de inflexión, ése es el traspaso a los Reds. El Liverpool necesitaba precisamente un jugador creativo en el centro del campo. En su primera media temporada en Inglaterra, firmó 13 duelos en los que logró participar directamente en 10 goles (3+7), una estadística de ensueño para un debut de seis meses en la Premier League.
Uno de los mejores de la liga
Con el número diez a la espalda, lideró a todo el equipo con sus actuaciones. Su visión de juego, sus pases y la habilidad inherente del brasileño para regatear con fuerza el balón en los pies volvían cada temporada más locos a los defensas de la Premier League.
Con el tiempo, la estrella de Coutinho se ha situado entre las más brillantes de Inglaterra y, en ocasiones, ha sido el mayor rival de Eden Hazard en la conquista de trofeos individuales. El fulgor de su estrella llegó naturalmente hasta España, donde Real Madrid y Barcelona se interesaron por sus servicios.
Traspaso soñado al Barcelona
Fue el Barcelona, también a través de Neymar, el amigo de la infancia de Coutinho, quien intentó convencer al jugador para que se trasladara al Camp Nou. Pero en el verano de 2017, fue Neymar quien escuchó la llamada de un fabuloso sueldo y la oportunidad de alejarse de la sombra de Messi y se marchó a hacer su magia futbolística al PSG por 222 millones de euros. Así las cosas, se suponía que Coutinho iba a ser más bien el sustituto de su compatriota Neymar en el Barcelona.
Es comprensible que la directiva del club de Anfield Road se pusiera nerviosa y no quisiera dejar marchar a su mejor jugador. Incluso el entrenador Jürgen Klopp habló con su alma, pero ni siquiera eso funcionó. Aunque siguió rechazando ofertas con firmeza en el periodo estival de traspasos, en la fecha límite de enero el Liverpool ya había sucumbido y había dado el visto bueno a una generosa oferta de Cataluña por la astronómica cifra de 135 millones de euros.
¿El sucesor de Iniesta?
Tipológicamente, parecía que un jugador con el 14 de Cruyff en su camiseta sería el sucesor natural de Ándres Iniesta. Y el comienzo de su etapa en el más famoso de los dos clubes de primera división del Barcelona fue muy sólido. En 22 partidos marcó 9 goles y dio 8 asistencias.
El reencuentro con su ex compañero de equipo Luis Suárez funcionó y Coutinho también consiguió hacer girar las cabezas de los defensas en la Liga.
Pero la temporada siguiente trajo consigo lesiones, un importante bajón de forma y las consiguientes críticas muy duras de la afición para el brasileño. Las cosas empezaron a chirriar y las habilidades individuales del carioca parecían haber quedado atrás en temporadas anteriores.
Sirva como prueba que el jugador por el que el Barcelona no dudó en poner sobre la mesa casi 140 millones de euros en enero de 2018, pudo marcharse cedido al Bayern de Múnich un año y medio después.
Un año de estancia en Múnich
En Alemania, el centrocampista de 27 años ha prosperado en conjunto. En compañía de Lewandowski, Thiago y compañía, demostró que todavía tiene algo especial en él, pero sus actuaciones no fueron tan consistentes como se esperaba.
Su cuota de goles tampoco fue muy alta. A pesar de que sus estadísticas finales en el Allianz Arena son de 11 goles y 14 asistencias en 39 partidos jugados, cifras nada desalentadoras, Coutinho consiguió marcar cinco goles (3+2) en un partido, por ejemplo, pero ni uno solo en varios otros encuentros.
Sin embargo, uno de los partidos que definitivamente le salió bien, además del ya mencionado de 5 tantos contra el Werder Bremen, fue el que jugó contra el Barcelona, su club matriz. Allí consiguió marcar 2 goles y dar una asistencia en 15 minutos. Contribuyó a la goleada por 8:2 de los catalanes.
Lejos del ideal
Sin embargo, tras su regreso al Camp Nou, fue incapaz de ofrecer el rendimiento que el Barça necesitaba, sobre todo tras la marcha de Lionel Messi. Ni siquiera el recién llegado al banquillo Xavi Hernández pudo despertar en él al viejo Coutinho, y en enero de este año la directiva blaugrana dejó que el brasileño se marchara cedido de nuevo, esta vez al Aston Villa entrenado por Steven Gerrard.
En su partido de debut, contra el Manchester United, tuvo una actuación brillante (1+1), sin embargo, está por ver si el Coutinho de ahora veintinueve años puede sacar a relucir la magia que mostró en Anfield.
Fuente: Transfermarkt, Wyscout