Fútbol
COMENTARIO: Un líder, pero también un simulacro. La Eurocopa reveló las dos caras de la estrella Bellingham
Si alguien en el fútbol mundial se hizo un gran nombre entre el gran público durante la pasada temporada, ése fue sin duda Jude Bellingham. Su primer año en el Real Madrid fue excelente, pero no sólo destacó positivamente en la Eurocopa.
Si alguien en el fútbol mundial se hizo un gran nombre entre el gran público durante la pasada temporada, ése fue sin duda Jude Bellingham. Su primer año en el Real Madrid fue excelente, pero no sólo destacó positivamente en la Eurocopa.
- Jude Bellingham se ha hecho un gran nombre en el último año
- Pero no fue sólo su calidad futbolística lo que destacó en la Eurocopa
- El internacional inglés no controlaba sus emociones
En el Real Madrid, jugaba en el centro del campo y también en la banda o en la punta del ataque. Allí donde el equipo lo necesitó, dio la cara y marcó goles importantes. Y en la Eurocopa confirmó su etiqueta de hombre de momentos clave, con dos goles y una asistencia.
Todos los puntos canadienses fueron importantes, y su primer gol aseguró la victoria sobre los serbios en el grupo que predeterminaba el ascenso de los primeros a la final. Luego evitó un empate sin goles con los eslovacos en octavos con un 1-1 en la puesta a punto, y asistió el gol de Cole Palmer en la final.
En los momentos clave, Bellingham demostró una calidad superior. Sin embargo, durante la gran mayoría de los partidos no actuó como líder. Siempre tuvo uno o dos buenos momentos por partido, pero por lo demás estuvo inusualmente perdido en el campo. E ir a por balones entre tapones no es iniciativa.
Bellingham no podía controlar sus emociones
Pero además de los momentos importantes para marcar, Bellingham también estaba ahí para los negativos. En particular, los creaba él mismo, discutiendo con sus compañeros con bastante frecuencia, o gritándoles cuando no se llevaba bien con ellos en un momento dado.
Sin embargo, un problema mucho mayor eran sus simulaciones. Con el tiempo, éstas empezaron a molestar incluso a los aficionados ingleses, que mencionaron que no duraría en la Premier League con esa actitud. En la primera parte de la final contra los españoles, cayó dos veces en dos minutos, dos veces se preguntó en vano.
Discusiones con los árbitros, caídas frecuentes, ambas básicamente partido tras partido. Si a eso añadimos el gesto inapropiado tras el gol contra Eslovaquia, no fue ni mucho menos un buen torneo de Bellingham en el aspecto humano.
Cuando los aficionados al deporte que normalmente no ven fútbol te dicen que apagaron la retransmisión por culpa de ese inglés que no paraba de simular y enfadarse, se convierte literalmente en una publicidad negativa para el fútbol. Por otra parte, no deja de ser un jugador joven que a menudo actuaba con emoción.
Fuente: EURO 2024