Europa League
Una ventana al pasado: los Rangers eran un gran equipo entonces, Siegl recuerda el dorado palmarés espartano
El Sparta de Praga derrotó al Rangers FC escocés por 1-0 en la 2ª ronda de la Europa League. Con el mismo resultado terminó el primer partido de la 3ª ronda de clasificación para la Liga de Campeones 1991/1992. El año en el que el representante checo consiguió una entrada de oro en los anales del club.
El Sparta de Praga derrotó al Rangers FC escocés por 1-0 en la 2ª ronda de la Europa League. Con el mismo resultado terminó el primer partido de la 3ª ronda de clasificación para la Liga de Campeones 1991/1992. El año en el que el representante checo consiguió una entrada de oro en la crónica de clubes -y europea-.
«Basta con pronunciar la palabra Glasgow Rangers para que me vengan inmediatamente a la cabeza los partidos», asegura el entonces goleador del equipo, Horst Siegl. «En casa ganamos con un afortunado 1:0 gracias a un gol accidental de Jirka Nemec, y la revancha en Escocia fue inolvidable. El ambiente Cuando calentamos apenas había nadie en las gradas, cuando salimos al campo había un hervidero y treinta y cinco mil aficionados», recuerda.
Sin embargo, el equipo escocés borró la desventaja en Leiden, llevándose el partido por 2:0 en la prórroga. » Se vieron más lejos, tuvieron ocasiones, Koubic (el portero Petr Kouba) nos sostuvo», elogia a sus compañeros.
Pero al final, el Sparta se animó. » Máňa (Lumír Mistr) centró y yo marqué con tal error, que incluso con la ayuda del otro compañero, el balón rodó hasta la red», describe Siegl el gol decisivo.
Reclama con orgullo el gol, pero en los registros oficiales figura como propio de Scott Nisbet. » Yo también tuve un pequeño toque, lo recuerdo bien», defiende Siegl su mérito.
«Repito, centró Mania, le di en el punto de penalti. Lo tengo en la cabeza, no se olvidan goles así. Y si se lo atribuyen a otro, no me importa. Yo lo cuento. Si no hubiera ido allí, ¡no habría entrado!» subraya.
Pero entonces el equipo escocés tenía otro aire, se basaba en la habilidad futbolística, nada de artimañas feas. » Era un gran equipo, un súper equipo», reconoce Siegl.
«No hay más que ver a sus jugadores. Qué nombre, qué concepto». Los pilares eran los subcampeones de Europa de 1998 que representaban a la Unión Soviética, el portero Oleg Kuznetsov y el centrocampista Alexei Mikhalichenko. Jugadores de ascendencia africana no encontrabas en ella. Así que otro cambio, no tuvimos que arrodillarnos», señala.
Para el Sparta, esta progresión un tanto afortunada fue quizás un reflejo de la entrada dorada en los anales del club. Después de eliminar al subcampeón del año anterior, el Olympique de Marsella francés, se impuso al Barcelona catalán, al Dinamo de Kiev ucraniano y quedó invicto contra el Benfica de Lisboa portugués en la fase de grupos. Acabaron segundos, y el ganador (el Barcelona) pasó directamente a la final.
En el recuento final, Letenski subió al podio de bronce de la Copa de Europa. Eran el orgullo del continente.
Fuente: AC Sparta Praga, UEFA