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Europa League

Una ventana al pasado: Deyna, centrocampista del Legia, fue salvado por el checo Vejvoda

El Legia de Varsovia polaco demostró ser un rival difícil para el Slavia de Praga en su camino hacia la Europa League, llevándose un empate a 2 de Edén. Es el club polaco más famoso, su camiseta la han vestido destacados futbolistas a lo largo de la historia.

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El Legia de Varsovia polaco demostró ser un duro rival para el Slavia de Praga en su periplo por la Europa League, llevándose un empate a 2-2 de Edén. Es el club polaco más famoso, su camiseta la han vestido destacados futbolistas a lo largo de la historia. El mejor -la leyenda- fue sin duda el centrocampista de talla mundial de los años 70, Kazimierz Deyna. Su rica carrera fue salvada por el entrenador checo Jaroslav Vejvoda.

El creador del juego del Legia de Varsovia, el centrocampista portugués André Martins, lleva el número 8. El mejor goleador, el delantero checo Tomas Pekhart, lleva el 9. Nadie lleva el número mágico 10, que indica la gran madurez de un jugador. Se atribuye para siempre a una leyenda del club llamada Kazimierz Deyna.

Medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de 1974, campeón olímpico en 1972, plata en 1976. Jugó 97 partidos con la selección nacional y marcó 41 goles. Esta es la tarjeta de visita básica de un noble polaco.

Quizá diga más de su capacidad futbolística el hecho de que en su época formara constelación con grandes como Johan Cruijff y Franz Beckenbauer.

Kazimierz Deyna procede del norte del país. En 1966 fichó por el Legia de Varsovia procedente del LKS Lodz, a la edad de diecinueve años. Con la etiqueta de gran talento. Al mismo tiempo se hizo cargo del equipo el entrenador checo Jaroslav Vejvoda. Para ambos la conexión fue fatídica.

«Un flamendr temerario, ésa era la reputación de Deyna en aquella época», afirma Bohumil Paukner, máximo responsable del Dukla de Praga. Durante su servicio como miembro del departamento comercial de la embajada checoslovaca en Varsovia, entabló una estrecha relación con el fútbol polaco y aprendió mucho sobre él. El entrenador Vejvoda y Deyn.

«Sedice que fue Vejvoda quien salvó la carrera de Deyn, incluso el propio futbolista lo admitió en su autobiografía», cuenta Paukner. Era estricto con su joven pupilo y nunca le perdonaba nada. Talento, nada de talento.

«Las memorias recuerdan cómo en un partido fuera de casa en Deyna se le esperó en vano durante mucho tiempo. Estaba en casa de una señora, de fiesta, desaparecido durante días», prosigue. La reputación del flamendra se confirmó.

Era una figura clave del equipo. «De repente, un oficial, el jefe del equipo, el Legia era un club del ejército, trajo a Deyna con júbilo y alivio», cuenta Paukner. Pero el entrenador Vejvoda no se arredró. Abofeteó a su estrella con una fuerte multa y lo dejó en casa. «No le hizo nada, lo que salvó su carrera», señala Paukner.

Juntos celebraron el título de la liga polaca en la temporada 1968/1969, para el Legia después de trece largos años.

El Legia sumó un decimoquinto el año pasado, cuando defendió el título de la Ekstraklasa polaca. A ello contribuyó en gran medida el eslavo Tomas Pekhart, máximo goleador de la competición. Y ahora, en la lucha por clasificarse para la fase de grupos de la Europa League, se enfrentaban a un equipo que vestía la camiseta del Sšívan.

Representantes del club polaco aprovecharon la visita a Praga para recordar al técnico checo que tanto significó para el club. » La directiva del Legia depositó un ramo de flores en la tumba de Vejvoda en Břevnov «, dijo Paukner.

Le deben mucho al praguense. También salvó para el fútbol al temerario flamendra Kazimieras Deyna. Una leyenda del club cuyo número 10 ha sido desechado para siempre y nadie volverá a lucirlo.

Fuente: Legia Warszawa

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