La crisis financiera del Barcelona. Cómo se endeudaron los catalanes o el presidente no es el dueño

Barcelona y la crisis financiera, eso es algo bien conocido hoy en día. Pero, en primer lugar, ¿cómo se metió en ella uno de los clubes más grandes del mundo, con enormes ingresos? Todo empezó con el antiguo propietario, Josep Maria Bartomeo.

España tiene una estructura ligeramente diferente a la de los clubes ingleses, por ejemplo. Un club no es propiedad de un dueño que puede inyectarle fondos ilimitados y hacer lo que quiera con él sin tener que preguntar a nadie.

Así funciona con los jeques del Manchester City o el PSG, por ejemplo, o antes con Roman Abramovich, o ahora con Todd Boehly en el Chelsea, o los Glazer en el Manchester United.

El Barcelona, el Real Madrid, el Sevilla, el Atlético de Madrid, el Athletic y otros clubes tienen socios en la cúpula. El club está dirigido por un presidente que primero debe reunir unos cuantos votos y luego ganar unas elecciones. En realidad, funciona como una elección ordinaria para jefe de Estado.

El presidente es elegido por 4 años y ese es el dolor de Barcelona. Para llegar al cargo, el presidente tiene que hacer muchas promesas a los socios y aficionados en las elecciones, que luego no son precisamente fáciles de cumplir.

Por ejemplo, Florentino Pérez, antes de su primera elección a principios del siglo XXI, prometió traer al capitán del Barcelona, Figo, al Real Madrid. Al final lo hizo, pero la diferencia es que Pérez es un excelente hombre de negocios que mira primero el aspecto económico del club.

Que venga el diluvio

El Barcelona no tuvo presidentes así. El expresidente Sandro Rosell ya había iniciado una crisis en el Barcelona, y a su salida también fue investigado por blanqueo de capitales y evasión fiscal.

Y en 2014 entró en escena Josep Maria Bartomeu. Y entonces llegó quizá el periodo más negro de la historia del Barcelona. La actitud de Bartomeu fue «que venga el diluvio a por nosotros, yo no voy a estar más aquí».

Bartomeu prometió grandes éxitos, pero nunca llegaron. El Real Madrid ganó una Liga de Campeones tras otra y el presidente del Barcelona intentó solucionarlo con costosas compras. Además, siempre será recordado como el presidente que perdió a Neymar.

¿Y cómo gastó el dinero del traspaso récord? envió 117 millones de euros al Dortmund por Dembélé, 135 millones al Liverpool por Coutinho y el dinero se esfumó.

El intercambio por el que envió a Arturo, de 23 años, a la Juventus y trajo en su lugar a Miralem Pjanic, de 30, también fue muy cuestionado.

Al mismo tiempo, Bartomeu era un regalo del cielo para los jugadores del Barcelona. Hacía contratos gigantescos que no eran compatibles con el tope salarial, pero eso no le importaba a Bartomeu porque sabía que ese problema ya no lo resolvería él, sino el presidente que le sucediera.

Así que le dio a Lionel Messi el mayor contrato de la historia del deporte de la época: 555 millones de euros por cuatro años. Eso equivale a 138 millones de euros por temporada. Este gigantesco contrato prácticamente estranguló al Barcelona y fue una de las razones por las que Messi tuvo que marcharse en el verano de 2021.

Para Messi, como uno de los mejores jugadores de la historia, un contrato de lujo sería aún más comprensible. Pero Jordi Alba, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Sergi Roberto, Coutinho y Antoine Griezmann también recibieron contratos totalmente sobrevalorados.

En una entrevista reciente, Isco dejó caer que él también recibió una oferta del Barcelona por aquel entonces. «Sí, recibí una oferta del Barcelona en 2018. Y con lo que daba Bartomeu por contratos entonces…. Hubiera tenido el doble que en el Real. Pero yo no quería irme del Madrid», dijo Isco al diario MARCA en julio.

Pero los contratos no eran el único problema de Bartomeu. De hecho, el presidente del Barcelona utilizó dinero del club para pagar a una empresa externa para crear cuentas y escribir comentarios de odio contra los candidatos a la presidencia del club. Bartomeu pagó millones de euros por estos servicios.

Bartomeu acabó dejando el Barcelona en 2020 con una deuda de 1.300 millones de euros. El podcast Golazo cubrió los problemas financieros con más detalle.

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