¡Amenazaron con matarme! Timo Glock admite algunos hechos tras el GP de Brasil 2008. Incluso sus padres estaban asustados, dice

Una de las carreras de Fórmula 1 más famosas de su historia: así es como podemos interpretar sin temor a equivocarnos el Gran Premio de Brasil de 2008. En la última carrera de la temporada, el campeonato del mundo se decidió a favor de Lewis Hamilton. Sin embargo, Timo Glock jugó un papel importante en ello, revelando que incluso fue amenazado de muerte.

La batalla por el campeonato de 2008 estuvo influenciada por el alemán Glock (Panasonic Toyota Racing), aunque de una forma completamente distinta a la que protagonizó Nicholas Latifi en la final del año pasado en Abu Dhabi.

Pero objetivamente, podemos constatar que en este caso se cumple el dicho de «esto es deporte, suele pasar».

Glock, sin embargo, estaba en quinta posición en las últimas vueltas del Gran Premio de Brasil de 2008. Cabe señalar que en aquel momento había dos pilotos luchando por el campeonato: Hamilton (McLaren) y Felipe Massa (Ferrari).

Un final reñido

Antes de la gran final de 2008, Hamilton era el líder del campeonato de pilotos con 94 puntos, siete más que Massa, segundo. El piloto de Ferrari, por tanto, tenía lógicamente 87 puntos en su haber. Durante la carrera parecía que el piloto brasileño se llevaría la ansiada victoria, pero el final de la carrera trajo lluvia y una gran confusión.

Y fue entonces cuando Glock hizo de las suyas. El piloto alemán al servicio de Toyota con neumáticos de seco se mantuvo en pista. Pues bien, gracias a la intensa lluvia, Hamilton adelantó a Glock en la última vuelta de la temporada 2008 para hacerse con el quinto puesto.

Así que, aunque Massa ganó el entonces Gran Premio de Brasil, a Hamilton le bastó un quinto puesto para hacerse con el título. En aquella época, el sistema de puntuación era todavía muy diferente. En comparación con la actualidad, sólo ocho pilotos puntuaban al final de la carrera: el ganador recibía diez puntos, el segundo ocho, el tercero seis, el cuarto cinco, el quinto cuatro, el sexto tres, el séptimo dos y el octavo sólo uno.

El ahora siete veces campeón ganó su primer título en 2008, decidido por un solo punto: Hamilton 98 puntos, Massa 97. Un final de infarto para todos los implicados.

La confesión de Glock

En un reciente episodio del podcast oficial de F1 llamado Beyond The Grid, Glock explicó entonces su situación.

«Intenté hacerlo lo mejor posible en pista ese día. Éramos séptimo y noveno y decidimos permanecer en pista con neumáticos de seco. Recuerdo que a falta de tres vueltas le dije al equipo que iba a ser un desastre porque las nubes llegarían en una o dos vueltas.

Me dije que si llovía sería un caos. Desde el muro de boxes me dijeron que nos íbamos a quedar fuera, que no teníamos nada que perder. Antes de la última vuelta vi que llovía y le dije al equipo que tenía que parar, que era imposible que sobreviviera a esa última vuelta. Medijeron que ya no podía parar, que los boxes estaban cerrados para la ceremonia del podio» , dijo Glock.

En el post de twitter adjunto encontrarás imágenes de a bordo que documentan fehacientemente toda la situación. En resumen, Glock no tenía agarre bajo la lluvia con neumáticos de seco y estaba completamente indefenso ante el ataque de Hamilton.

«Después de la carrera, mi ingeniero me dijo que Lewis era el campeón, pero no me dijo que yo había decidido el campeonato del mundo. Cuando llegué a boxes, le di la mano y le felicité delante de miles de aficionados brasileños. Momentos después, todos los periodistas se me acercaron y me preguntaron por qué había ayudado a Lewis, por qué había decidido el título», reveló Glock.

Cartas, amenazas y enfado de los aficionados brasileños

Glock se enfrentó entonces a las críticas masivas de los aficionados, y es justo decir que algunas de las cartas que le enviaron los propios aficionados iban mucho más allá de lo normal en su contenido. Esto ya no tiene nada que ver con el deporte.

«Leer las cartas que recibí me dio escalofríos, incluso mis padres se asustaron. Algunos pedían que me prohibieran correr para siempre, otros incluso querían matarme. No era fácil ir a Brasil todos los años, pero cuando la Fórmula 1 hizo públicas las imágenes de las cámaras de a bordo, todo cambió. No entiendo por qué han tenido que pasar cinco años. Mucha gente cambió de perspectiva», concluyó.

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