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Bundesliga

Repasamos la era Salihamidzic en el Bayern. Está borrando a toda prisa sus éxitos anteriores

El nombre del director deportivo del Bayern de Múnich ha sonado mucho últimamente. Junto con Oliver Kahn, sacaron el látigo cuando destituyeron al entrenador Julian Nagelsmann poco antes de una fase crucial de la temporada. Una apuesta que no dio sus frutos cuando su sucesor, Thomas Tuchel, se estrelló en la DFB-Pokal, al perder contra el Manchester City en la Liga de Campeones tras la primera ronda.

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El nombre del director deportivo del Bayern de Múnich ha sonado mucho últimamente. Junto con Oliver Kahn, sacaron el látigo cuando destituyeron al entrenador Julian Nagelsmann poco antes de una fase crucial de la temporada. Una apuesta que no salió bien cuando su sucesor, Thomas Tuchel, se estrelló en la DFB-Pokal, al perder contra el Manchester City en la Liga de Campeones tras la primera ronda. La vida de los entrenadores se ha reducido a la mitad bajo el mandato de Hasan Salihamidzic al frente del gran club muniqués. Pero, ¿están consiguiendo piezas estelares para el rompecabezas, como cabría esperar en el Bayern? Sometamos a crítica los fichajes de Brazza.

El antiguo pilar del Bayern de Múnich y de la selección bosnia regresó a la Säbener Straße en 2017. Como director deportivo, Hasan Salihamidzic pudo contar desde el principio con la experiencia de Karl-Heinz Rummenigger y Uli Hoeneß. Con la marcha gradual de esta pareja de responsables, sus responsabilidades aumentaron.

El hecho refleja la introducción en el Consejo de Administración en 2020 y el posterior ascenso de su socio Marc Neppe como Jefe de Scouting a la función de Director Técnico. ¿Cómo ha gestionado esta responsabilidad hasta ahora?

Mayores logros

La reacción inmediata de Salihamizic a la lesión de Leroy Sané poco antes de su anunciado traspaso a Alemania merece una palmadita en la espalda. Cuando el extremo del Manchester City, popularmente hablando, se rompió el ligamento cruzado, retrasando su fichaje un año, Brazzo reaccionó con rapidez.

Philippe Coutinho, del Barcelona, e Ivan Perisic, del Inter de Milán, se marcharon cedidos a Múnich. Reforzado además por la pareja formada por Lucas Hernández y Benjamin Pavard, el Bayern también conquistó el triplete en la temporada siguiente gracias al buen hacer de su director deportivo.

El hecho de que el dúo formado por Arjen Robben y Franck Ribéry se desvinculara del club al mismo tiempo no impidió que lo consiguiera. Al fin y al cabo, Sané llenó el hueco dejado por ellos en las bandas. Sin embargo, no fue sin luchar. El testarudo Hans Flick era más partidario de incorporar a Tim Werner a su equipo ganador.

Salihamidzic, sin embargo, no estaba convencido de la idoneidad del delantero del Leipzig para el estilo de juego delRekordmeister. Al final, el director deportivo del club salió victorioso del sonado conflicto y Sané se convirtió en jugador del Bayern de Múnich. En retrospectiva, se prefirió una opción más adecuada.

Quizás el primer jugador que Brazzo encontró, abordó y fichó por su cuenta fue Alphonso Davies. Salihamidzic, que fue objeto de burlas por ojear al extremo canadiense a través de cortes de YouTube, es quien ríe el último de la historia escrita a partir de un comentario desenfadado.

Davies se ha convertido rápidamente en uno de los mejores defensas ofensivos de punta de Europa, y su precio se ha disparado.

La adquisición de Eric Maxime Choupo-Motinga también parece acertada. Su contribución se refleja en su contrato, recientemente ampliado. El fichaje estival de Matthijs de Ligt también está teniendo su precio. La conexión con el Bayern es una situación en la que todos salen ganando: un jugador joven de primer nivel ha llegado al Allianz Arena y podría reiniciar su estancada carrera en la Juventus.

El trabajo de un director deportivo no consiste sólo en traer jugadores, sino también en venderlos. El Bayern nunca se ha caracterizado por eso. Proclama con orgullo que no es un club que venda a sus jugadores.

Sin embargo, la incapacidad de rentabilizar a los pivotes que no se utilizan o a las estrellas que se retiran ha sido flagrante. Esta perenne realidad se hizo añicos el pasado verano, cuando Brazzo logró reunir más de 100 millones de euros por Lewandowski, de 34 años, y un grupo de jugadores que sólo veían la acción sobre el terreno de juego.

Errores

¿Quién puede olvidar los optimistas arrebatos públicos de Brazzo con respecto al fichaje de Callum Hudson-Odoi, que el Chelsea recompensó disparando el precio de su extremo por encima del alcance del Bayern? El director deportivo en ciernes ha recorrido un largo camino desde entonces. Ha trabajado sobre sí mismo, ha adaptado su comportamiento y se ha convertido en una figura respetada.

Pero no ha estado exento de errores. No todas sus actuaciones como anfitrión han sido un éxito. El regreso temporal de Douglas Costa es una prueba de ello. Del mismo modo, no todos los jóvenes talentos han podido triunfar en Múnich. Michael Cuisance, por ejemplo, ha sido un escollo.

La gran mancha en el currículum oficial puede ser el verano pasado. Considerado como uno de los más exitosos de la historia, los fichajes estivales de los bávaros han fracasado en gran medida hasta la fecha. Noussair Mazraoui se perdió el mercado de fichajes de primavera por problemas de salud, pero antes tampoco tenía un puesto seguro. Al mismo tiempo, su nombre se ha vinculado al temor de no estar a la altura de las expectativas.

El joven y talentoso centrocampista Ryan Gravenberch, por otra parte, cayó en desgracia de Julian Nagelsmann por su supuesta reticencia a volver a la defensa.

El mayor error de todos es la llegada de Sadio Mané. Además, a los titulares sobre la insuficiente aportación del delantero senegalés se han sumado recientemente otros que apuntan a problemas fuera del terreno de juego. Superó un altercado inicialmente discutido que supuestamente tuvo con Julian Nagelsmann tras el partido contra el PSG desafiando a Leroy Sané.

Al mismo tiempo, Mané no es el único delantero del banquillo del Bayern cuyo rendimiento no está a la altura de la aportación del jugador mejor pagado del club. Serge Gnabry también firmó un contrato muy lucrativo en verano. La decisión de confiar en este dúo con la marcha de Lewandowski está resultando un error costoso.

Los contratos de Salihamidzic son más complicados. El que tenía con David Alaba no se prolongó, y como toda la negociación se alargó, el defensa austriaco dejó el Bayern completamente sin compensación.

La tendencia a traer grandes nombres iniciada en verano continuó en enero. En cuanto se presentó la oportunidad de incorporar a João Cancelo, Brazzo no lo dudó. No le importó que Nagelsmann no necesitara un defensa central en su sistema.

La llegada de Thomas Tuchel y la vuelta a un sistema de cuatro defensas, junto con la forma fluctuante de Davies, pueden convertir la cesión del portugués en un éxito. Sin embargo, el jurado aún está deliberando.

También podemos incluir las de Bouna Sarr y Tiago Dantas entre las llegadas anteriormente fallidas. Sin embargo, el joven centrocampista portugués, que pasó un año como invitado en Múnich sin llegar a asomarse seriamente al primer equipo, era el deseo de Hans Flick. Del mismo modo, el lateral derecho, que sigue lastrando el presupuesto salarial de los bávaros, debía ser el hombre del entrenador.

Estas experiencias también pueden haber motivado la reciente política de fichajes del club, que refleja menos los intereses del entrenador. ¿Será ésta una tendencia? Brazzo podrá confirmárnoslo en verano. Si tiene la oportunidad de hacerlo después de las fallidas escapadas y meteduras de pata como entrenador de los últimos meses.

Fuentes: Transfermarkt, FC Bayern de Múnich

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