Una tanda de penales a favor del Bayern, el Leipzig no ganó otro trofeo. ¿Qué nos ha deparado la Supercopa alemana?

Se acabó el primer partido de la temporada futbolística alemana. Tradicionalmente, era un enfrentamiento entre el ganador de la liga nacional y el de la Copa. A diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en Inglaterra, donde la Community Shield suele verse más como un partido de pretemporada, en Alemania la DFL-Supercup tiene más seriedad. Es una de las oportunidades para superar al Bayern de Múnich y hacerse con algún trofeo. ¿Qué sugirió el partido inaugural de la temporada de este año?

Para los aficionados que esperaban que el Leipzig fuera el principal rival del Bayern este año, el partido debió de evocar sentimientos encontrados

En la primera parte, el Bayern fue superior a su rival y ya ganaba 3-0 al descanso. La diferencia de calidad era extremadamente notable. A pesar de las grandes actuaciones de jugadores como Simakan en particular, el Leipzig adoleció de errores individuales. Algunos forzados por el pressing del Bayern, otros servidos en bandeja de oro a los campeones.

Musiala, Mané y Pavard marcaron sucesivamente. Con cada gol, la resignación de los jugadores del Leipzig se hacía más evidente.

En la segunda parte, el RB fue un equipo digno de ser llamado aspirante del Bayern. Marcel Halstenberg castigó la actitud profesoral del líder muniqués con un gol a 1:3.

Los bávaros, que apostaron más por los contraataques, aumentaron su ventaja gracias a los lanzamientos de falta de Gnabry, pero el Leipzig siguió siendo mejor equipo. Sin embargo, fueron incapaces de aprovechar las ocasiones creadas y tuvieron que verse favorecidos por un penal transformado por Christopher Nkunku.

Dani Olmo puso el dramatismo al reducir la diferencia a un gol. Sin embargo, el Bayern resistió la presión final de los Bulls y, en el minuto 8 de los cuatro iniciales, Léroy Sané consiguió ajustar el marcador final a un 5:3 mucho más favorable.

¿Qué nos dijo el partido?

El Bayern es muy capaz de jugar sin un delantero centro tradicional. Muchos podrían decir que Nagelsmann agradece las oportunidades de imprimir más su propio estilo de juego al equipo. El esperado mayor protagonismo de Gnabry y su desplazamiento más hacia el centro parece estar dando sus frutos.

Léroy Sané, en cambio, puede estar preocupado por sus minutos. Jamal Musiala, que entró quizás un poco inesperadamente en detrimento de sus compañeros más experimentados, ofreció una excelente actuación y pidió más espacio en el campo. Por su parte, Marcel Sabitzer, que completó una buena preparación con una gran actuación contra su antiguo club, probablemente se haya asegurado su permanencia en el equipo.

Por otro lado, el Leipzig y su entrenador, Domenico Tedesco, tienen mucho en lo que pensar. Pueden apoyarse en la buena actuación del stopper Simakan, que se verá complementado por Gvardiol tras su regreso de la lesión, y en una muy buena segunda parte.

El RB también puede contar con el esperado fichaje del lateral izquierdo David Raum. Este último fue echado de menos por su futuro empleador, tanto más cuanto que el jugador al que parece sustituir en la alineación titular, Angeliño, no estaba disponible.

El Leipzig, sus aficionados y los seguidores no partidistas de la Bundesliga que desean ver el fin del dominio del Bayern no tienen por qué desesperar. No hemos visto a RB a pleno rendimiento. Sin embargo, necesitará más compostura en su rendimiento. Además, el Bayern ha empezado de forma prometedora y no se lo va a poner fácil a su rival, ni siquiera sin Lewandowski.

Fuente: DFL-Supercup