Fútbol
Giovani dos Santos, un talento desaprovechado – el mexicano estaba llamado a ser una estrella del Barcelona, pero no explotó su potencial
Cada temporada se presenta al público futbolístico una pléyade de futuras superestrellas del fútbol, ahora jóvenes jugadores cuyo potencial alcanza las cotas más altas. Pero pocos talentos prometedores pueden estar a la altura de estas expectativas y escalar hasta lo más alto de la jerarquía del fútbol mundial.
Cada temporada se presenta al público futbolístico una pléyade de futuras superestrellas del fútbol, ahora jóvenes jugadores cuyo potencial alcanza las cotas más altas. Pero pocos talentos prometedores pueden estar a la altura de estas expectativas y escalar hasta lo más alto de la jerarquía del fútbol mundial. Son muchos más los que no alcanzan su talento y, por diversas razones, su sueño de gloria futbolística se desvanece. Uno de este último grupo es el delantero mexicano Giovani dos Santos.
La nueva esperanza de los blaugranas
Han pasado veinte años desde que el entonces niño mexicano de trece años con un don para dar patadas a la meruna se trasladó de México a Barcelona, en España, y empezó a asistir a una academia cercana al Camp Nou llamada La Masía. Allí iba a aprender fútbol para poder luchar algún día por un puesto en el primer equipo del FC Barcelona. Dos Santos tenía ventaja sobre sus compañeros y en todas las categorías de edad, prácticamente todos los entrenadores hablaban maravillas de él.
A los 19 años, debutó con el Barça, pero tuvo dos enormes contratiempos en el equipo azulgrana. No es que el entrenador Frank Rijkaard no confiara en él y no quisiera darle oportunidades para demostrar su valía, sino que, por un lado, junto a él se ascendió al equipo A a otro prometedor talento, Bojan Krkic, que con el tiempo se mostró mucho más regular, y, por encima de todo, estaba el segundo problema, llamado Lionel Messi.
Se trataba del diminuto Messi que, por aquel entonces, ya operaba en la banda derecha y tenía predilección por ir a por el balón al centro del campo, desde donde hacía lo que le venía en gana. Tipológicamente, el joven Giovani quería ser un mediapunta muy parecido, y por eso era muy difícil para él, o para su entrenador, encontrar una posición en la que pudiera causar un gran impacto y al mismo tiempo no estorbar a Messi en el terreno de juego, por decirlo popularmente.
Ir a Inglaterra
En resumen, la directiva blaugrana indicó que no había necesidad de mantener al astro mexicano en el club y lo vendió voluntariamente al Tottenham Hotspurs en 2008. Lo exitosa o no que fue su participación en White Hart Lane quizá se evidencie mejor en el número de minutos jugados en la Premier League en cuatro años con los Gallos, que se detuvo en la asombrosa cifra de 367. El resto del tiempo lo pasó cedido en el Ipswich, el Galatasaray y el Racing de Santander.
Rescate en Mallorca
Intentó relanzar su carrera con un fichaje por el RCD Mallorca, donde encontró su sitio y brilló tanto en el club que luchaba por el descenso que, tras sólo una temporada, fue tanteado por un club de mucho más nivel, el Villareal, que envió al Mallorca 6 millones de euros por el delantero, de talla inferior a la suya. Tras dos años en el Submarino Amarillo, donde se reencontró con su hermano pequeño Jonathan, decidió responder a la llamada del otro lado del océano y fue enviado al Galaxy de Los Ángeles.
Escapada de vuelta a casa
En una MLS bastante menos exigente, estaba pagando el precio de ser el máximo goleador del equipo y la estrella de toda la liga, pero incluso al otro lado del océano su motivación, bastante fluctuante, era a menudo evidente. Incluso en Estados Unidos, era uno de esos futbolistas que, si no quieren, no lo intentan, y no hay nada que puedas hacer al respecto como entrenador o propietario de un club. Después de tres años en Los Ángeles, se trasladó a su México natal, donde se enfundó la camiseta del club más laureado de México, el CF América. Sin embargo, incluso allí, el trotamundos del fútbol Dos Santos no duró mucho y lo dejó tras dos temporadas con Las Águilas.
Desde entonces, el jugador de treinta y tres años ha estado sin contrato y es difícil saber si alguno de los clubes de primera división, incluso en Sudamérica, seguirá tras él con su reputación actual.
Se suponía que Giovani dos Santos iba a ser una superestrella, se suponía que iba a conquistar el mundo del fútbol, pero, como muchos otros mediapuntas sudamericanos, le encantaba la vida nocturna y carecía de la motivación y la diligencia necesarias para traducir su innegable potencial en una realidad estelar. Y así, el risueño chic no pasó a la historia del fútbol con letras de oro, a pesar de que estaba bendecido con demasiado talento.
Fuentes: Transfermarkt, WhoScored, Goal