El reinado de Sergio Busquets llega a su fin Frenkie de Jong pronto le sustituirá en el centro del campo

Ya es la época en la que el FC Barcelona trabaja en la confección de la plantilla de la próxima temporada. Sin embargo, dada la precaria situación financiera del club, la única solución viable para el nuevo proyecto será un compromiso. De especial interés será la posición de mediocentro defensivo, dominada desde hace años por Sergio Busquets. ¿Qué decisión tomará Xavi? ¿Seguirá confiando en su antiguo compañero o será el turno de un nuevo caballo?

Cuando en 2019 Frenkie de Jong llegó al Camp Nou procedente del Ajax, parecía el principio del fin de la carrera de Busquets en el Barcelona. Sergio tenía ya 31 años y cada vez se señalaba más que en el fútbol moderno sus carencias determinan a menudo el resultado de un partido. La velocidad y la agilidad nunca fueron sus puntos fuertes. Con la edad, pues, estas debilidades se convierten en una realidad deprimente para muchos aficionados.

Sin embargo, mantiene una gran visión de juego que pocos poseen sobre el terreno de juego, razón por la cual los anteriores entrenadores le han dejado jugar en el centro del campo junto a de Jong en lugar de enviar al veterano internacional español a la banda. La tercera temporada del holandés en el Barcelona invita, pues, a sacar algunas conclusiones.

Una de ellas insta a pensar que el papel actual de Frenkie y su aportación al equipo no se corresponden ni con el montante de su traspaso ni con su salario. Éste es uno de los problemas que debe resolver Xavi. Además, ahora tiene varios talentos a su disposición para el puesto de medio centro. Gavi, Nico o Pedro ofrecen opciones que hasta ahora no se habían tenido en cuenta. El técnico debe tener en cuenta el hecho de que Sergio cumplirá 34 años este año y alguien más joven debería ocupar su lugar poco a poco.

¿Frenkie o la llegada de un centrocampista defensivo?

Mirando a un horizonte temporal más largo, lo lógico es ir apartando poco a poco a Busquets de la titularidad. Mejor empezar ahora. El Barcelona tiene al menos dos candidatos para ocupar el puesto de centrocampista defensivo con la responsabilidad de un mediapunta replegado. Centrémonos primero en la opción holandesa.

La circulación frecuente entre los dos centrales es el pan de cada día de Frenkie, que ha jugado más de 100 partidos en su carrera como medio defensivo y defensa central. Su habilidad natural para romper las formaciones rivales con el balón y enlazar acciones de ataque desde el interior del área le convierten en un modelo para el mediocentro defensivo moderno. Sin embargo, en un ataque posicional más estático, el holandés sale perdiendo y su seguridad defensiva queda al margen.

En la situación actual, desplegar a De Jong en esta posición no sólo parece sensato, sino también necesario. Si Sergio vuelve a ser titular dentro de un año, la situación de un jugador comprado por millones de euros, que jugaba en su posición antes de su fichaje por el Barcelona, puede resolver al menos algunos dilemas. En este caso, la regla de oro de Xavi de jugar con quien más lo merece podría ser una señal de peligrosa miopía.

Aunque Sergio haya jugado una primavera notable y las lesiones le hayan sido esquivas, en el contexto del proyecto deportivo para la próxima temporada, el Barcelona sólo puede perder. Por otra parte, vender a Frenkie es una opción económicamente tentadora. Es cierto que plantea un nuevo problema. El club necesita encontrar un centrocampista defensivo que le garantice un nivel adecuado por el dinero, y no hay muchos de esos en el mercado.

La marcha de Sergio provocará una reacción en cadena

Busquets es un centrocampista excepcional. Infravalorado durante años y detrás de los mayores éxitos del Barcelona y de la selección española. Es él quien ha tenido que ajustar el juego del equipo para que diera sus frutos. Si desaparece, muchas soluciones no tendrán sentido en principio. La consecuencia natural será un cierto equilibrio en el centro del campo que puede aportar beneficios tangibles al menos en defensa.

Nico, Gavi, Frenkie y Pedri son jugadores que encajan en el perfil de un centrocampista moderno. Pueden defender y atacar, no tienen miedo al regate y corren mucho. Sergio debe parecer contra ellos un centrocampista estático y demasiado elegante de los años 90. Con estas caras nuevas, la formación puede organizarse de muchas maneras.

En la era post-Busquets en el Barcelona, el papel del centrocampista defensivo puede ser completamente diferente. En lugar de cientos de pases en un partido, setenta pueden convertirse en la norma, pero con una carga más frecuente por el espacio. También pueden ser cotidianas las incursiones del centrocampista defensivo en el área contraria, como hace Rodri en el Manchester City o Casemiro en el Real Madrid.

Por no hablar de una mayor eficacia en los retornos defensivos. Por supuesto, semejante transformación costará dinero. Sobre todo en el caso de vender a Frenkie y tener que incorporar dos o incluso tres jugadores nuevos al centro del campo. Pero el equipo de Xavi tiene que pasar por esto, y cuanto más tarde ocurra, menos tiempo habrá para parchear los agujeros en el concepto táctico que surjan en los siguientes partidos.

Hora de tomar decisiones valientes

Mateu Alemany está haciendo un trabajo increíblemente importante entre bastidores en el gran club catalán. Paso a paso, está enumerando las piezas del rompecabezas torpemente completado que no encajan en absoluto en el concepto de Xavi. Sin embargo, el proyecto deportivo en las oficinas del club no ha hecho más que empezar. Depende del entrenador decidir cómo evolucionará cada jugador y qué movimientos de fichajes habrá que hacer en verano.

Los millones de expertos en fútbol que ejercen su profesión gratuitamente desde sus asientos de televisión tras la derrota en El Clácic ya han emitido su veredicto: hay que vender a Frenki y dejar a Busquets en el banquillo.

Cuando se les pregunta por otros fichajes necesarios tras la baja de dos centrocampistas clave, probablemente sería difícil para la directiva traer a jugadores similares por un duro. Sin embargo, hay espacio para el compromiso entre esta solución radical y el estancamiento, y si Xavi lo ve así, el éxito puede estar garantizado.

Fuente: FC Barcelona