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Bundesliga

La historia del Schalke 04: La destrucción total del club o ¿Hasta qué punto hay que ser poco razonable para dirigir así?

Uno de los mayores gigantes del fútbol alemán ha vivido en los últimos años cosas verdaderamente inauditas. ¿Cómo puede una mala gestión y decisiones aún peores diezmar por completo a un club que ha participado regularmente en copas europeas? Esta es la impactante historia del Schalke 04.

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Uno de los mayores gigantes del fútbol alemán ha vivido en los últimos años cosas verdaderamente inauditas. ¿Cómo puede una mala gestión y decisiones aún peores diezmar por completo a un club que ha participado regularmente en copas europeas? Esta es la impactante historia del Schalke 04.

El Schalke 04 es la típica historia de fracaso deportivo, mala gestión y el poder de un hombre. Durante casi dos décadas, el Schalke 04 fue sinónimo del nombre de Clemens Tönnies. El multimillonario local, que ganó unos 1.400 millones de euros en la industria cárnica alemana, entró en el consejo de supervisión del Schalke en 1994 y se convirtió en presidente en 2001.

Bajo su dirección, el Schalke se ha consolidado como uno de los mejores clubes de Alemania y Europa. Ha terminado segundo de la Bundesliga en cuatro ocasiones y ha ganado tres Copas de Alemania. Alcanzó los cuartos de final de la Liga de Campeones en 2008 y las semifinales en 2011.

La extensa red de negocios de Tönnies fue decisiva para que el Schalke consiguiera un lucrativo acuerdo de patrocinio con Gazprom, la empresa rusa de gas cuyo nombre adorna las camisetas del club desde enero de 2007. El contrato actual del club de Gelsenkirchen con la firma rusa expira al final de la temporada 2021/22.

Sin embargo, Gazprom y la dirección del club acordaron este año prolongar su cooperación hasta 2025. El contrato actual del Schalke con Gazprom asciende al parecer a 150 millones de euros. Según Sky Deutschland, el nuevo acuerdo incluye una cláusula que garantiza que Gazprom aportará diez millones extra en caso de descenso del Schalke a segunda división.

Hay que tener en cuenta que, a pesar de ello, la situación económica del club se ha ido deteriorando en los últimos años y el Schalke se ha ido ahogando en deudas. No sólo por este motivo dimitió Tönnies al frente del consejo de supervisión del club alemán el año pasado. También fue criticado por diversos asuntos ajenos al fútbol.

Entre 2010 y 2016, el Schalke redujo casi a la mitad sus deudas gracias a su participación regular en copas europeas y a las lucrativas ventas de sus estrellas. Manuel Neuer se fue al Bayern por 30 millones de euros, Draxler al Wolfsburgo por 43 millones y Sané se mudó al Manchester City por 52 millones.

Lo paradójico es que incluso en aquellos años, cuando el Schalke ya era próspero en cierto modo, el club ya tenía problemas. La dirección del club observaba el éxito del vecino Dortmund y, en consecuencia, Tönnies ya no se conformaba con saldar con éxito sus deudas ni con competir regularmente en las copas.

Así que sustituyó a Horst Heldt por un nuevo director deportivo, nombrando para el cargo a Christian Heidel, del Mainz. Fue Heidel quien empezó a gastar indiscriminadamente. En los dos años y medio siguientes fichó a cuatro de los cinco refuerzos más caros de la historia del Schalke.

A saber, Nabil Bentaleb, que llegó por 19 millones de euros procedente del Tottenham. El más caro de la lista, sin embargo, fue Breel Embolo (26,5 millones de euros), procedente del Basilea. Sebastian Rudy y Yevhen Konoplyanka llegaron juntos por otros casi 30 millones de euros.

Pero eso no habría sido lo peor, si no se hubiera permitido la salida gratuita de cuatro jugadores, gracias a la cual el Schalke habría ingresado decenas, o tal vez cientos de millones de euros en sus entonces muy debilitadas arcas. Es censurable que la dirección del club dejara marchar gratis a jugadores como Eric Maxim Choupo-Moting, Leon Goretzka, Max Meyer y Sead Kolašinac.

Sólo el valor de mercado de Goretzka rondaba los 40 millones de euros en el momento de su traspaso al Bayern El hecho de que ninguno de los cuatro mencionados esté en activo en Gelsenkirchen también es motivo de lágrimas. Es más, las sumas por las que el Schalke los dejó marchar son, digamos, muy insatisfactorias. Konoplyanka dejó el club en septiembre de 2019 ¡por sólo 1,8 millones de euros!

Bentaleb está actualmente sin compromiso y ¿adivinan cuánto recibió el Schalke por él? Nada de nada. Rudy, por su parte, defiende actualmente los colores del Hoffenheim, pero no se fue de allí hasta julio de este año. Sin embargo, podemos ver de nuevo la columna de «fichajes libres».

El último de todos es Embolo, traspasado al Mönchengladbach en 2019, aunque el Schalke no recibió por él ni la mitad de la transacción original. El montante del traspaso fue de once millones de euros.

Uwe Kemmer, antiguo miembro del consejo de vigilancia del Schalke, admitió después que habían quemado más de 150 millones de euros por el director deportivo Heidel. Según él, quería hacerlo todo él mismo y no quería consultar con nadie las distintas decisiones finales, especialmente en materia de fichajes.

En la temporada 2018/19, el Schalke acabó entonces solo en decimocuarta posición y tuvo que perderse las Copas de Europa por primera vez desde el año 2000. La pérdida de ingresos en las competiciones europeas fue otro de los puntos que colocaron al gigante alemán en la situación en la que se encuentra actualmente.

En el aspecto deportivo, la contratación del joven entrenador Domenico Tedesco también fue un asunto muy desafortunado. Respectivamente, es cierto que el Schalke acabó segundo en la tabla de la Bundesliga en la temporada 2017/18, pero en la siguiente Tedesco no pudo con la presión a la que fue sometido el club y el equipo acabó la temporada 2018/19 en decimocuarta posición.

También debido a todos los factores anteriores, hubo mucho nerviosismo en la cabina, con varios altercados, y Kemmer declaró después que Tedesco era un entrenador joven que simplemente quería demasiado, y el agotamiento era evidente en sus ojos.

Este cambio de paradigma instituido por Tönnies, que debería haber dado sus frutos, fue desastroso. Pero lo peor estaba por llegar. Según Kemmer, la cooperación entre el entrenador Tedesco y Heidel como director deportivo tampoco funcionaba.

Ni que decir tiene que la pandemia subsiguiente no fue más que la guinda del pastel y una pieza más en esta historia de terror. Muchos seguidores del Schalke lo describieron en las redes sociales como un enorme tsunami que llevó al equipo de Gelsenkirchen a tocar fondo.

El club no podía contar con el dinero de la Liga de Campeones, en el momento de la suspensión de la competición perdía entre dos y tres millones de euros por cada partido en casa que no jugaba, y añadamos a eso las enormes pérdidas de las que ya se había hecho cargo la anterior dirección del club.

Sí, el Schalke, como muchos otros equipos, tomó algunas medidas para ahorrar dinero en el momento de la mayor crisis del coronavirus, pero esto fue sólo un pequeño consuelo dada la situación del club. Para empeorar las cosas, un año después del escándalo, Tönnies fue acusado de hacer comentarios racistas sobre los africanos y su planta de envasado de carne se convirtió en uno de los focos de propagación del Covid-19.

Kemmer y Tönnies dimitieron y quedó claro que había que hacer cambios estructurales en el club. El trabajo de reconstrucción se confió a Peter Knäbel, que conoce muy bien el Schalke.

El club alemán también tiene una nueva directora financiera, Christina Rühl-Hamers. El Schalke registró unas pérdidas de 52 millones de euros en 2020, y Hamers prometió no volver a jugar con el club financieramente de esa manera.

Actualmente, el club está intentando solucionar los problemas causados por la anterior dirección y establecer un sistema completamente diferente al aplicado por Tönnies. Lo que es seguro, sin embargo, es que será un largo camino dado el aspecto financiero del club. No obstante, esperemos que el gigante alemán no sólo vuelva a escalar hasta la élite en las próximas temporadas, sino que se convierta de nuevo en un gigante temido.

Schalke 04, DW, Bundesliga

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